Añadió que “en momentos de crisis, es una afrenta social que seiscientos millones de euros estén destinados a la destrucción del fondo marino y de la costa tinerfeña, porque se quiere destinar para continuar con energías fósiles, lo que supone simple y llanamente favorecer un tremendo pelotazo económico para los amigos del Gobierno, sin producir empleo”.
De “atentado medioambiental y un atentado ético”, lo calificó Manolo Marrero, “porque con más de 300.000 personas en Canarias malviviendo bajo el umbral de la pobreza, destinar dinero público para una obra absolutamente innecesaria e inútil es un atentado contra toda norma de convivencia. La situación de emergencia social que viven las islas demanda la inmediata paralización de la obra y el destino inmediato de este dinero para la generación de empleo en educación, en sanidad, en favorecer el cuidado de las personas dependientes, en mejorar la situación agónica de los pequeños y medianos empresarios, en impulsar la agricultura, tradicional y preferentemente ecológica, en generar empleo verde en torno a mejoras medioambientales, en potenciar la instalación para el aprovechamiento de energías renovables”, añadió.
El candidato al Congreso de los Diputados se reafirmó en “la exigencia de que se gobierne para los intereses generales de la población y no para beneficiar una vez más con el dinero público los intereses de los amigos del PP, del PSOE y CC, que trasladan todas las culpas de la crisis sobre las espaldas de los trabajadores y trabajadoras, y que son los culpables de estos elevados índices de paro y exclusión social”.
Marrero finalizó exigiendo “una urgente moratoria hasta el 2020 de las macro infraestructuras públicas existentes en Canarias, que apenas están generando empleo y a cambio están destruyendo el territorio, y la dedicación de esos presupuestos a la generación de empleo real, de empleo sostenible. Y respecto al Puerto de Granadilla, la suspensión, con carácter definitivo de esta innecesaria e inútil obra”.