Fidel Vázquez, concejal de Sí se puede en El Rosario, defenderá en el próximo pleno ordinario una moción en la que proponen medidas concretas para fomentar las energías renovables en el municipio.
“Mientras que ya hay una serie de municipios en Tenerife y el propio Cabildo Insular que han dado claros pasos en el avance hacia el aprovechamiento de las energías renovables, El Rosario sigue dormido en los laureles”, según informa Vázquez.
La moción que presenta este martes solicita al grupo de gobierno que el Ayuntamiento inste al Gobierno de Canarias para que agilice la normativa necesaria para flexibilizar y facilitar la instalación, además de destinar desde el Consistorio presupuestos para esta cuestión, para que forme al personal local en la materia, así como otra serie de medidas financieras y fiscales que fomenten la instalación y uso de energías renovables.
“Parece mentira que haya que hacer este tipo de exigencias viviendo en Canarias, una de las zonas con más sol y viento del Estado español”, comenta Vázquez que añade su preocupación por seguir “emperrados en nuestra gran dependencia exterior en cuanto a la demanda de energía”.
Las placas fotovoltaicas, cada vez más económicas y eficientes, pueden generar energía de una forma barata y limpia y además se pueden producir en la Isla (ITER). Son usadas actualmente y de forma muy generalizada en hogares y empresas de países como Alemania, con muchas horas menos de sol que Canarias, fundamentalmente porque se les permite verter el excedente producido a la red de distribución. Lo mismo sucede con los microaerogeneradores que sean capaces de generar la energía suficiente para abastecer, al menos, en parte, las necesidades de un hogar, los sistemas termosolares para producción de agua caliente, etc.
Vázquez argumenta en su moción que la inclusión paulatina de estas formas de producir energía promovería la creación de un tejido industrial competitivo en la llamada economía verde, con importante potencial de exportación, internacionalización y creación de empleo local tanto en la producción como en el mantenimiento y la instalación. “La posibilidad de que cada hogar y cada edificio institucional se conviertan en un productor de energía crearía riqueza para estas familias, que a su vez revertiría en el entorno directa e indirectamente y no solo en las grandes multinacionales” apostilla.