Sí se puede reclama que al gobierno de CC-PP en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife que garantice la accesibilidad en Barranco Grande, Somosierra, La Victoria, Valleseco y La Salud, barrios de la capital tinerfeña que se encuentran abandonados en esta materia.
Yaiza Afonso, concejala el grupo ecosocialista en la corporación, evidencia ante el pleno la inoperatividad de la Mesa de Accesibilidad mediante una pregunta que dirige al gobierno municipal para que responda en el último pleno ordinario del mandato. Afonso pide detalle de las medidas que se han tomado para que en Barranco Grande y en concreto, alrededor del Colegio Bethencourt y Molina facilite la entrada y salida al centro educativo y el tránsito de vecinas y vecinos.
Esta primera pregunta se desarrolla con otras dos en las que la concejala de Sí se puede consulta por las actuaciones para garantizar la accesibilidad en los citados barrios de Santa Cruz, al tiempo que inquiere a CC-PP por los motivos por los que la Mesa de Accesibilidad ha quedado inoperativa en los cuatro años de este mandato.
En este sentido, Afonso subraya que, en este mandato, la mesa solo se ha reunido tres veces, de forma que se ha incumplido ampliamente el compromiso inicial de mantener reuniones trimestrales. “Es una lástima que esto ocurra teniendo en cuenta las grandes necesidades en esta materia que tiene un municipio que cuenta con Plan de Accesibilidad”, apunta la concejala. Sin embargo, la situación es tan precaria que “las líneas de actuación de este plan no se han podido debatir en este foro de participación donde se podrían haber marcado prioridades de intervención”, señala.
Afonso detalla que, en los alrededores del Colegio Bethencourt y Molina, en Barranco Grande, hay grandes déficits de accesibilidad que perjudican el tránsito de la población con discapacidad y la población en general. Los problemas que afectan a la movilidad son numerosos, pero destacan por encima de otros la falta de rebajes en las aceras, la no reubicación del mobiliario urbano para facilitar el tránsito de personas, la estrechez de tramos de calles por los que no cabe una persona, además de otros tramos de aceras con escaleras y de las dificultades de acceso a la plaza, entre otros. A ello se suman “los numerosos problemas que encuentran las personas con discapacidad visual, intelectual y auditiva, al no existir bandas de encaminamiento o señalética adecuada”, apunta la concejala.
A ello se suma la cantidad de barreras presentes en los barrios señalados anteriormente, donde imperan los escalones y peldaños que impiden el tránsito de las personas, la falta de acceso a espacios públicos comunes, como ambulatorios y parques, entre otros, y la gran carencia de aparcamientos reservados para personas con discapacidad en esas zonas.