Sí se puede recuerda la propuesta para hacer del castillo de Paso Alto un museo sobre la memoria histórica, al tiempo que califica de “nueva ocurrencia de Bermúdez” la intención de convertir este espacio en un museo sobre la defensa frente al ataque de Nelson y en sede de la Asociación Histórico-Cultural Gesta del 25 de julio de 1797.
En este sentido, la organización ecosocialista recuerda la moción que, en el pleno de abril de 2018, promovieron conjuntamente los grupos de la izquierda municipal: PSOE Sí se puede e IUC, para dotar al castillo de un uso cultural y educativo en torno a la memoria histórica, dedicado a informar a la ciudadanía sobre la represión ejercida contra ciudadanos y ciudadanas de Santa Cruz y de las Islas, en general, por parte del franquismo.
Sí se puede recuerda que el castillo de Paso Alto tiene un enorme valor simbólico, porque es el único edificio que queda en pie en Santa Cruz entre todos aquellos espacios que utilizaron para encarcelar a presos políticos, en primer lugar, los golpistas sublevados contra la II República y, posteriormente, el régimen de Franco. Esa singularidad dota al edificio de un valor histórico incuestionable. De hecho, el último alcalde democrático de la capital tinerfeña, José Carlos Schwartz, estuvo preso en ese castillo, de donde fue sacado para ser ejecutado por las fuerzas represoras durante los primeros meses de la guerra.
A juicio de la organización ecosocialista, la capital tinerfeña sobresale por sus graves carencias en materia de fomento de la cultura democrática, tal como demuestra la resistencia del gobierno municipal a cumplir la Ley de Memoria Histórica y retirar los elementos de exaltación franquista que permanecen en la ciudad cerca de 50 años después de la muerte del dictador.
“Santa Cruz tiene una enorme deuda democrática con la memoria de quienes lucharon por evitar que las Islas cayeran en el pozo de la dictadura; las nuevas generaciones merecen conocer quiénes fueron esas personas y qué fue de ellas, por qué y cómo fueron víctimas de la represión franquista y este es el objetivo de la propuesta que defendimos en 2018 con el resto de la izquierda municipal: darle voz a ese testigo mudo de la represión que es el castillo de Paso Alto”, asegura Pedro Fernández Arcila como portavoz de Sí se puede en el pleno de Santa Cruz para la defensa de esa moción hace cuatro años.
Se trata de transformar este edificio con tanta carga simbólica en un espacio de inculcación de valores democráticos y de compromiso con el respeto a los derechos humanos, al tiempo que puede recrear la vida política y social durante la II República, justamente porque Santa Cruz entonces era una ciudad en la que había una riquísima actividad política y cultural con una participación decidida de las clases populares en la vida democrática.
Respecto a la intención de convertir el edificio en un memorial sobre el ataque de Nelson, Sí se puede considera que Santa Cruz necesita urgentemente una revisión crítica de su historia y, especialmente, del caso del general Gutiérrez, una de las tres figuras míticas, junto a Weyler y García Escámez, militares foráneos todos ellos, sobre los que la burguesía más conservadora de la Isla basa sus postulados insularistas y caciquiles.