‘Aromas de San Andrés’ envuelve Tegueste del 18 al 27 de noviembre con una programación en torno a las tradiciones vitivinícolas. Los actos son organizados por la concejalía de Desarrollo Local, en colaboración con la Asociación Vitivinícola de Tegueste (AVITE).
La llegada de noviembre está ligado a una de las tradiciones más populares para Tenerife: la apertura de las bodegas por la festividad de San Andrés, que se conmemora el 30 de noviembre. Tegueste se caracteriza por mantener viva la tradición del cultivo de la vid con el resultado de un producto de calidad que cuenta con el reconocimiento de sus consumidores.
Con la finalidad de apoyar la producción local y favorecer su consumo y conocimiento, la Concejalía de Desarrollo Local, que dirige Manuel Martín (Sí se puede), impulsa el programa Aromas de San Andrés, primer festival de vino y territorio. La programación arrancaa este mismo fin de semana (viernes 18) y se prolonga hasta el domingo 27 de noviembre. Las diez actividades previstas se desarrollarán en el entorno de la Casa de Los Zamorano, enclave emblemático en la Tegueste. Serán de acceso libre hasta completar aforo y previa inscripción a través del correo electrónico aromasdesanandres@gmail.com. Para su organización se ha contado con la colaboración de la Asociación Vitivinícola de Tegueste (AVITE).
El objetivo de Aromas de San Andrés es poner en valor y difundir los valores de los vinos de Tegueste y la importancia de este sector en el municipio. “Nuestra historia está ligada al cultivo de la vid y a la conservación de un paisaje donde la uva es protagonista. Potenciar este sector lleva aparejado el mantenimiento de ese entorno tan característico y único que nos sirve de reclamo, de tarjeta de presentación para que la gente local o el público de fuera venga hasta nuestro municipio nos conozca y consuma nuestros productos. Por eso apostamos por la organización de programaciones como esta en la que se implican diferentes actores locales con propuestas culturales”, destaca Martín.
Este viernes 18 (9.00h), escolares del municipio cambian sus aulas por una clase diferente: la Finca de Los Zamorano, un entorno natural rodeado de viñas que servirá para que los expertos del colectivo de AVITE les expliquen la forma de plantación de la vid y sus características. Esa misma tarde, a partir de las 18.30, se podrá disfrutar de una sesión de cuentos, vinos y queso de la mano de Cuéntame un queso.
El segundo fin de semana arranca desde el jueves 24 con Tardes de jazz y vino (20.00 horas), una velada que invita a las personas asistentes a dejarse llevar por la selección musical que acompaña a vinos que responden a las características de las piezas interpretadas. El sábado 26 se apuesta por una programación de corte familiar. La Ruta por las bodegas de Tegueste es la primera actividad (10.00 horas); a las 12.00 horas en el espacio microindustria de la Finca de Los Zamorano se desarrolla un taller de Iniciación a la Cata Familiar con mosto sin alcohol, y de forma paralela Enocosmética, actividad que consiste en la elaboración de jabón a partir de vino. El cierre esel domingo 27 de noviembre (10.00 horas) con una nueva ruta por las bodegas teguesteras.
La programación establecida se podrá consultar en las redes sociales municipales y en la web oficial: https://www.tegueste.es/.
Tegueste y el vino
Como en el resto del archipiélago, la vid en Tegueste fue introducida por los conquistadores y los colonos entre finales del siglo XV y principios del XVI. Las variedades, por tanto, eran originarias de los lugares de procedencia de estas personas.
Existen múltiples referencias históricas ̶ documentos oficiales ̶ que ponen de relieve la importancia de la cultura de la vid en el municipio y su arraigo cultural. Así, por ejemplo, en los protocolos notariales de Hernán Guerra (1508-1510) y de Alonso Gutiérrez (1520-1521) aparecen diversas citas de majuelos en Tegueste para sembrar viñas o contratos para poner sarmientos.
Destaca también la presencia de colonos de origen portugués que no solo traen cepas oriundas de sus regiones, sino que también se traen las técnicas de su cultivo. Concretamente el “aterrazado” o “abancalamiento” de los terrenos y el sistema de conducción en una especie de parrales de porte bajo. Forma tradicional de cultivo que se mantiene viva en la actualidad convirtiendo la viña en parte del paisaje tradicional de la Villa teguestera.