Eligio Hernández advierte al Ayuntamiento que no está siguiendo las directrices para eliminar el rabo de gato

 

 

Eligio Hernández Bolaños, concejal de Sí se puede en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, advirtió hoy a los responsables de la Corporación que desde el Consistorio no se están siguiendo las directrices establecidas por el Gobierno de Canarias para la erradicación del rabo de gato, una especie vegetal con gran capacidad de propagación para la que se deben seguir unos procedimientos específicos, como arrancar los ejemplares de raíz en lugar de cortarlos.

Este inadecuado modo de eliminar el rabo de gato quedó de manifiesto el pasado día 28 de enero, durante una acción de limpieza de los márgenes de la calle Cruz del Llano, en el núcleo de La Gallega. Sin poner en cuestión la necesidad de limpiar esa vía, tal y como venían reclamando las asociaciones de vecinos La Unión de La Gallega y Guacimara-La Gallega –pues la vegetación obstaculizaba el tránsito de las vecinas y vecinos–, Hernández lamenta que los operarios municipales no siguieran los protocolos establecidos para esta especie

Rabo_de_gatoPor este motivo, y teniendo en cuenta que se trata de un problema ambiental de gran trascendencia, el edil preguntará en la Comisión de Control de la próxima semana al concejal de Servicios Públicos, Dámaso Arteaga, por qué el Ayuntamiento no está aplicando escrupulosamente las directrices técnicas del Gobierno de Canarias para el manejo, control y eliminación del rabo de gato. Además, también quiere saber si se han decretado las instrucciones pertinentes para implementar estas directrices en las actuaciones de los servicios municipales relacionadas con la adecuación de terrenos, jardines o fincas y limpieza de solares, carreteras, pistas y caminos.

Hernández recuerda en el texto de su pregunta que en la acción llevada a cabo el 28 de enero, los ejemplares de rabo de gato fueron desbrozados, una práctica que está expresamente desaconsejada por la Orden de 13 de junio de 2014, del Gobierno de Canarias, por la que se aprueban las directrices técnicas para el manejo, control y eliminación del rabo de gato (Pennisetum setaceum). “Para mayor despropósito, tampoco fueron desenterrados ni, por lo tanto, arrancados de raíz”, añade el edil, con lo que no se evitó “el altísimo riesgo de propagación que conlleva la aplicación de una metodología inadecuada”.

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