Sí se puede ha solicitado hoy, por registro, información acerca del proyecto Paseo peatonal Playa de los Enojados – Las Galletas y del Proyecto vial Camino Virgilio, en el municipio de Arona. La organización ecosocialista entiende que hay un riesgo evidente de que las obras provoquen afecciones en la zona de alto valor ecológico de las graveras.
La Asamblea Local de Sí se puede en Arona valora positivamente una obras que se presentan como acondicionamiento urbanístico de la zona y que consisten en mejoras en el paseo, en la playa y en la reubicación de la carretera que actualmente circula paralela a la costa.
Sin embargo, la organización ecosocialista muestra su preocupación por el impacto que estas obras puedan ocasionar sobre las lagunas salobres ubicadas en esta franja costera, por lo que, tras diversos y exhaustivos estudios, propone un correcto plan de mejora para la zona.
“Las graveras de Las Galletas constituyen en la actualidad uno de los enclaves de mayor importancia ornitológica de las zonas bajas de la vertiente meridional de Tenerife, sobre todo para las aves limícolas migratorias. Ello se explica por su peculiar ubicación, junto al mar y cerca de otras zonas de mayor o menor relevancia para la avifauna migratoria”, destaca el portavoz de Sí se puede en Arona, Pablo Olabe.
“Además, se trata de un ambiente escasamente representado a nivel insular, ya que apenas hay humedales de estas características, resultado de antiguas extracciones de áridos y su posterior conversión en unas graveras salobres que se mantienen de forma permanente, aunque con importantes fluctuaciones en el nivel de agua, debidas tanto a las mareas como a una mayor o menor pluviometría otoñal-invernal”.
Olabe recuerda que Sí se puede lleva varios años poniendo en valor este enclave, promoviendo estudios de reconocidos especialistas y campañas de limpieza que han dado muy buenos resultados para la divulgación de la importancia de estos espacios entre la ciudadanía del municipio.
Para Sí se puede, el Ayuntamiento de Arona debe proteger, conservar y poner en valor este espacio y de las lagunas salobres ya que son una de las mejores zonas de Tenerife de descanso y alimentación para aves migratorias.
La preocupante situación actual de las lagunas por la falta de un plan de conservación debería implicar la toma de medidas concretas que propicien la conservación y mejora de este enclave de interés ornitológico.
Entre ellas podrían enumerarse las siguientes: (a) continuar con el cierre al tráfico rodado por las pistas que rodean el sector occidental de las graveras; (b) “blindar” el suelo donde se ubican con alguna categoría de protección a nivel municipal; (c) desarrollar labores de limpieza de carácter periódico, siempre fuera de la época de nidificación.
Olabe recuerda que hace más de un año la asamblea se reunió con el concejal de Obras y Medio Ambiente, Jose Luis Gómez Pérez, en la que “una de las cuestiones abordadas fue la conservación de éste entorno. También se abordaron otros temas de calado ambiental como los vertidos de aguas residuales, la posible ampliación del espacio protegido de Rasca, los vertidos de residuos en el Malpaís de El Fraile y la recuperación de la biodiversidad en Arona”. La organización espera volver a tener una reunión para tratar los avances que se hayan podido dar en este sentido.
“Con una buena intervención en las graveras, mediante la adecuada mejora ambiental basada en una limpieza profunda, una recuperación botánica, una señalización correcta, la incorporación de paneles informativos y la habilitación de puntos de observación de aves, se podría no solo conservar una zona de gran valor marítimo terrestre, sino que podría significar un impulso al turismo alternativo y de educación ambiental en un municipio que presume de impulsar y seguir la senda de la sostenibilidad en el turismo”, concluye Olabe.