Me recuerdo de piba que, para decir sí a La Paz, gritaba no a la guerra. Me sumé también a la lucha por Granadilla, afirmar no al Puerto, era estar a favor de sebadales, tortugas, peces…. A favor de personas que querían disfrutar de esta isla nuestra, sin basura, sin piche, sin la mierda de los emisarios.
Escuché a un señor de la construcción llamarme noista, a mí y a los que piensan como yo. Esto lo dice un hombre que no teme las consecuencias de tapar la tierra con cemento. Señores del no a los mares. Caballeros de los ladrillos que olvidaron aquella lección de primaria “los ecosistemas”.
Escuchen niñas y niños.
Para que exista la especie humana necesitamos insectos, placton, tabaibas, tizones, palmeras, piedras, barrancos, agua… ¿Alguna vez han sentido el respirar de un cachalote? Son seres brillantes que necesitan oxígeno, que comparten el aire con nosotros.
Los incapaces de sentir esto son los verdaderos noistas, a ellos no les da vergüenza que tengamos que cerrar playas mientras hablan de paraíso.
Son ellos los que quieren Fonsalía. Negacionistas del cambio climático, que creen que la tierra les pertenece, y olvidan, que somos nosotros, nosotras las que pertenecemos a la tierra.
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En este enlace de Youtube puedes acceder al artículo en un video de nuestra compañera Yaiza. Se trata de los textos con los que participa como firma invitada en el programa Hoy por hoy Canarias en Radio Club, junto al periodista Juan Carlos Castaneda. Ella denomina esta sección “Palabras de Alisio, palabras de viento que calman montañas”.