Juan Miguel Mena, concejal de Sí se puede en La Laguna, considera que la obras de renovación del exterior del intercambiador, inaugurado en marzo de 2011, demuestran “la gestión desastrosa del transporte público en la Isla”.
La formación ecosocialista lagunera ya criticó en 2011 las prisas con las que se procedió a inaugurar esta infraestructura, apenas dos meses antes de las últimas elecciones municipales, cuando todavía no estaban terminadas buena parte de sus dotaciones. “Dos años después queda claro que el sitio no era el adecuado para un intercambiador, como han denunciado los propios trabajadores del sector, y muchos usuarios, parece que los únicos beneficiados por esta operación han sido los que vendieron los terrenos y las empresas adjudicatarias”, explica.
A Mena le parece que los responsables de la obra deberían denunciar a la empresa adjudicataria de la misma y a los que realizaron la compra de materiales que, según se ha publicado en los medios de comunicación, no eran adecuados para el clima lagunero y deben ser renovados. “El intercambiador de La Laguna es un buen ejemplo del modelo de derroche promovido por Coalición Canaria, en el que parece que se hacen los proyectos pensando en la inauguración, pero no en su utilidad y en mejorar realmente el servicio a los usuarios o de los trabajadores”, afirma el edil.
La obra del intercambiador de Padre Anchieta, que sustituyó a la antigua estación de guaguas de San Benito, fue adjudicada por Metropolitano de Tenerife SA (MTSA) por un total de 6.731.719 euros a la UTE conformada por Acciona Infraestructuras y VVO Construcciones, aunque en total, junto con otras obras complementarias, tuvo un coste de más de 7,8 millones de euros. “Dos años después, el intercambiador del siglo XXI prometido por los responsables del Cabildo, que según dijo Ricardo Melchior duraría “cientos de años”, sigue con graves problemas estructurales, de espacio y de acceso, mientras la antigua estación de San Benito sigue abandonada”, asegura.
Desde Sí se puede reclaman respuestas de los responsables y vuelven a insistir en que este proyecto se realizó a toda prisa, en un lugar alejado y con malas conexiones, para beneficiar al tranvía y al futuro tren del Norte, además de a los propietarios de los terrenos.