Los 5.000 niños y niñas de La Laguna se han embarcado en una nueva aventura para descubrir las historias que esconde la ciudad Patrimonio de la Humanidad. Dácil y Beneharo son sus guías en esta tarea, los dos protagonistas del libro infantil La Laguna y el secreto de los faunos que, a través de sus páginas y en nombre del Ayuntamiento, se encargan de sumergir a los más pequeños en el legado monumental.
Durante el acto, celebrado en la Casa de los Capitanes, Rubens Ascanio y Elvira Jorge recordaron que este libro es uno de de los últimos proyectos que impulsó Alberto Cañete, concejal de Educación del Ayuntamiento recientemente fallecido, “convirtiéndose así en parte de su legado y pasando a estar presente en él emocional y sentimentalmente”.
Ambos agradecieron tanto al personal del área como a los autores su implicación con este trabajo cargado de “valor añadido para la comunidad educativa. Los 5.000 niños y niñas van a recibir este libro para hacerles soñar, aprender y sentir el municipio de una forma especial por medio de las leyendas y la historia que envuelven a La Laguna”, subrayó Rubens Ascanio.
A través de esta obra, la fantasía da vida a diversos personajes claves del Casco Histórico, como al drago del antiguo convento de Santo Domingo y los faunos de la Casa Lercaro, “para dar a conocer entre el alumnado, y también entre las personas adultas, nuestra riqueza patrimonial”, resaltó por su parte Elvira Jorge. Pero las aventuras de Dácil y Beneharo “no solo acercan a la población al patrimonio cultural, sino también a la igualdad y la sensibilidad”, agregó la concejala.
Tanto el ilustrador del libro, Nareme Melián, como el autor del texto, Diego G. Reinfeld, agradecieron al Ayuntamiento su apoyo, al encargarse de la edición, así como al resto del equipo por su implicación. Esta obra -señalaron- es fruto del deseo de querer hacer “algo fresco y acorde a las generaciones”, ofreciendo “pinceladas de valores para ir aprendiendo a mirar diferente”; un recurso educativo para las familias y docentes en el que se destaca, por ejemplo, el “poderío de las mujeres”.