José Luis Hernández, concejal de Unid@s se puede, ha reclamado soluciones inmediatas ante el grave problema por el que pasa la Tenencia de Alcaldía de Taco, que sufrió un robo hace casi seis meses que está impidiendo ofrecer un servicio normal a la ciudadanía en este tiempo.
El concejal indica que a día de hoy no se cuenta con herramientas para el cobro por emisión de certificados y trámites similares, lo que obliga a los vecinos y vecinas de la zona a tener que trasladarse hasta el Casco de La Laguna para realizar muchas de estas tareas.
En la actualidad el registro de Taco cuenta con solo dos empleados públicos, que en su conjunto se ha visto igualmente mermado ante la jubilación de dos funcionarios y la baja de entre cuatro y seis personas en los meses de verano, junto a las vacaciones y otros elementos ha provocado que se hayan incrementado los tiempos de espera en todos los puntos donde existe este servicio. Tras un escrito de nuestro grupo presentado el pasado 28 de agosto se nos informa por parte del Área de Presidencia y Planificación que se van a tratar de cubrir las jubilaciones y se reforzará el personal destinado, así como la posible realización de horas extraordinarias.
“Lo que no sabemos es cómo se ha podido mantener casi seis meses esta Tenencia en una situación tan precaria, sin que se repongan los elementos robados y generando múltiples inconvenientes con ello”, explica. En este sentido Hernández pide que “de forma inmediata se dote al espacio de la Tenencia de los recursos que faciliten la emisión de certificados y la realización de cobros, así como de una mejora de su seguridad general, la reposición del marcador para los números de espera y sus condiciones estructurales generales”.
José Luis Hernández cree que “la necesidad de mejora de la Tenencia de alcaldía debe ser un elemento fundamental, ya que en la actualidad la zona no reúne las condiciones adecuadas para hacer frente a las necesidades de un núcleo de población que supera los 20.000 residentes”. Insiste en que “es necesario que de las promesas de mejora que se venden cada cuatro años se pasen a las realidades, para dejar de sentir que hay vecinos y vecinas de primera y otros de segunda”.