Las concejalas de Sí se puede en Tacoronte no participan en procesiones por su compromiso ético con una sociedad laica y su defensa de la separación Iglesia-estado, que está establecida en la Constitución y forma parte básica del ideario de esta organización política. De acuerdo a estos principios y al respeto a una sociedad diversa y plural, incluido el respeto a las personas creyentes, Violeta Moreno y Carmela Díaz, integrantes de Si se puede y concejalas del grupo de gobierno municipal, no participan en los actos religiosos de las fiestas.
Igualmente, el compromiso de Sí se puede con la igualdad y frente a todas formas de discriminación lo lleva a mantener su defensa de unos actos festivos en los que desaparezcan los concursos de belleza, en los que se valora a las mujeres por su adaptación a patrones estéticos y estereotipos físicos en los que no caben las mujeres reales y que son, en sí mismos, discriminatorios. En este sentido, recuerda que son ya varios los municipios de la Isla que han eliminado de su programa de las fiestas este tipo de actos, como Buenavista y Candelaria, mientras que en Tacoronte permanecen cuatro de estos concursos.
Estos motivos explican el que Moreno y Díaz no estén presentes en determinados actos de las fiestas patronales y que la organización haya decidido manifestarlo públicamente, dada la cantidad de consultas que Sí se puede ha recibido en estos días relativas a estas ausencias.
Las concejalas de Sí se puede y personas integrantes de esta organización disfrutan de las fiestas del municipio como el resto de la ciudadanía, satisfechas de hacer compatible este disfrute con el respeto a sus principios éticos y con el respeto a una sociedad diversa y plural como la tacorontera y compatible, también, con el respeto a las personas creyentes.
Sí se puede mantiene su apuesta por avanzar hacia una sociedad laica, que respete todas las creencias, sin favorecer o fomentar ninguna sobre las demás, como se hace en los países más avanzados, así como una sociedad que disfrute de una plena igualdad de género en el que las personas sean reconocidas y respetadas por su condición de ser humano, sin otras consideraciones ni de género ni estéticas.