La Concejalía de Medio Ambiente y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Tacoronte –que engloba las áreas de Montes, Agricultura, Ganadería, Pesca, Riego, Residuos Sólidos, Parque y Jardines– ha puesto en marcha en los dos huertos urbanos del municipio dos puntos de compostaje comunitario, a través de un proyecto Comunidades Circulares, liderado por el área de Transición Ecológica del Cabildo de Tenerife, en que también están implicados otros tres municipios (La Laguna, El Rosario y Tegueste) y la Universidad de La Laguna.
En Tacoronte, “hemos apostado por el método del vermicompostaje, cuya peculiaridad estriba en que se aplica en el procedimiento de producción la lombriz roja (Eisenia Foetida)”, explica la concejala del área, Carmela Díaz Vilela (Sí se puede), lo que representa un procedimiento natural, en el que “la ciudadanía implicada tendrá muchísimo menos trabajo, ya que solo tendrán que aportar materia prima a las vermicomposteras, mientras que del resto se encargan los invertebrados, una función que desemboca en el mejor compost que produce la naturaleza”.
Díaz Vilela explicó que en esta experiencia se aplicarán los restos orgánicos de los domicilios de las familias que se han sumado la experiencia, así como los restos que produzcan los dos huertos urbanos de La Atalaya y el de la Avenida V Centenario. En este sentido, la concejala ecosocialista comenta que, aunque de momento son unas 30 familias las participantes en la experiencia –en torno a 85 personas– “la intención es doblar o triplicar la cifra y alcanzar los 220 participantes”, ya que ambos grupos “están formados por personas muy motivadas, concienciadas con el mundo natural y el planeta y convencidas de que hay que reciclar la materia orgánica en el municipio”.
En este sentido, añadió que en las dos primeras sesiones destinadas a poner en marcha el vermicompostaje comunitario en Tacoronte, los técnicos insulares ofrecieron formación a las personas participantes, mientras que los dinamizadores han facilitado herramientas para impulsar encuentros y métodos de organización, “puesto que buscamos que no haya imposiciones, sino que quien participe tome sus decisiones sobre formación o control de los restos orgánicos aportados y en el resto de procedimientos”.
Menos residuos
Díaz Vilela asegura que la aplicación del sistema de vermicompostaje supone un ahorro de vertidos orgánicos que se van directamente a los vertederos, “obteniendo a cambio un compost de magnífica calidad”, lo que se traduce “en un ahorro considerable en trasporte y tasas”, según la concejala de Agricultura y Medio Ambiente,. En este sentido, aseveró que, si en el municipio se llegara a aplicar en un 100% este procedimiento natural, “nos ahorraríamos trasladar un 45% de los residuos que producimos, que se quedarían en forma de abono en nuestros suelos y serían los usuarios los que decidirían lo que se haría con este humus”.
“Nuestra intención es bonificar a las personas que no utilicen el futuro contenedor de color marrón, destinado a residuos orgánicos, sino que emplee este procedimiento natural del vermicompostaje comunitario, que se podrá controlar a través de un registro y control de la separación de residuos en cada domicilio”, apunta.
Por ello, la concejala avanza que “la intención es extender esta experiencia, tomando como punto de partida lo que ahora estamos iniciando, con muchas personas que están muy motivadas y concienciadas sobre la conservación de nuestro entorno”.
En este sentido, comenta que los primeros avances sobre este proyecto piloto “los obtendremos a final de año” e insiste en que “la experiencia tendrá continuidad y estará de manera permanente alimentada por labores formativas, dinamización, charlas y acciones de preparación”.