El “frente amplio” del punto fijo canario. Joaquín Sagaseta.

Naturalmente del pacto fueron excluidos los comunistas, la fuerza que más hizo en la lucha contra la dictadura por no decir que la única.

Los integrantes del acuerdo tejieron una red de complicidades en corruptelas y en corrupciones en superlativo, que desvirtuaron hasta lo grotesco las “libertades democráticas”. Conformaron una sociedad colonizada culturalmente y segregada por desigualdades extremas.

Por cierto, no basto eso para que se frustrara la sólida amistad forjada en el yunque de  inquebrantables lazos económicos, entre Felipe González y Carlos Andrés Pérez, capo di tutti capi, de la honorable familia venezolana.

Las cosas siguieron así hasta que en 1.999 un vendaval de antagonismos, dignidades y solidaridades,  barrió el régimen de Punto Fijo hasta los estercoleros y elevó a la presidencia de la República, con abrumador refrendo popular,  al Comandante revolucionario Hugo Chávez.

En Canarias, por no ser menos, hemos tenido también nuestro singular Punto Fijo.

Desde la llamada transición se reparten el poder autonómico tres fuerzas políticas aseguradas tras un impenetrable régimen electoral. Expresan los intereses, cada uno el que le toca, del gran capital y de la burguesía intermediaria, del caciquismo insularista y de una alta burocracia enriquecida desde los dominios de los poderes locales, insulares y autonómicos. Les acompañan toda una corte de  vividores y burguesía parasitaria.

Las políticas de nuestro autóctono Punto Fijo han contribuido decididamente a que Canarias sea una de las “regiones” de Europa con más bajo nivel de protección social y con mayor deterioro de las condiciones de vida y existencia.

Ahora las distintas fracciones del “régimen” están inquietas. Los efectos de la “reforma laboral”, las devastadoras consecuencias de los presupuestos del gobierno de la derecha -que castigan con particular crueldad a nuestro Archipiélago- el decidido asalto privatizador a la enseñanza, a la sanidad y a todo lo público, los severos “recortes” en la inversión pública y, particularmente, la amplísima contestación de masas les sugieren malos augurios.

La socialdemocracia de derecha rehén de su metamorfosis clasista, de su desnudez ideológica y de su pasado inmediato, esta desvanecida. El Partido Popular, a fuerza de destruir derechos, indultar a las grandes fortunas y a los evasores… no tiene herramientas para cerrar la brecha por donde se le va el crédito “ganado” con la demagogia ilusionista del cambio. En Coalición Canaria, por su parte, actúan al modo de aquel ladrón que pretendía esfumarse al grito de “al ladrón, al ladrón…” señalando para otro lado. Se presentan como si este presente de emergencia social no guardara ninguna relación   con el pasado de decenios donde han dominado las palancas del poder político y la caja de los dineros públicos.

Entre tanto Román, activo protagonista del Punto Fijo, ha llegado a plantear la necesidad de un “frente amplio social, político e institucional para hacer frente a esta situación dramática”. ¡Román!. El siempre tan dispuesto a hablar con todos, gobernar con todos y para todo.

Nosotros desde Canarias por la Izquierda compartimos la necesidad de un frente amplio, y en eso estamos, solo que ese frente amplio irá también dirigido contra ellos, contra el Punto Fijo Canario, contra los intereses oligárquicos y el lumpen social y político que configura buena parte de la base que le sostiene.

Abogado laboralista y miembro de Canarias por la Izquierda

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