Concretamente el gobierno local de CC-PSOE firmó el pasado mes de junio un decreto por el que se obligaba a destinar más de dos millones de euros del presupuesto municipal a la mejora urbana de esta urbanización privada de alto standing que aún no ha sido recibida por el Ayuntamiento. Todo esto se ha hecho con el sigilo y el oscurantismo propio de los asuntos turbios que empiezan a descubrirse en esta etapa de Bermúdez, caracterizada por su absoluta incapacidad para controlar a los lobbys que tocan en la puerta del Ayuntamiento, ya sean locales o de allende de los mares. En este caso el lobby de esta zona de lujo le exigió al alcalde que el proyecto de obras de mejoras de las vías de esta urbanización privada se realizara con cargo a los presupuestos de los vecinos de Santa Cruz. A Bermúdez, como siempre, se le vio el plumero, porque cedió y dio su visto bueno. Tres meses antes de firmarse este decreto municipal, Bermúdez y su equipo CC-PSOE habían rechazado mejorar una docena de calles del Barrio del Tablero, El Sobradillo y Llano del Moro. Era una moción que presentaba Sí se puede a solicitud de vecinos del Distrito del Suroeste que denunciaban el estado lamentable de estas calles: impracticables durante todo el año y muchas de ellas transformadas en un lodazal durante las lluvias. Bermúdez, por boca de Dámaso Arteaga, se ensañó con los vecinos de estos barrios y a grito pelado les reprendió diciéndoles que cómo se atrevían a pedir semejante cosa, alegando toda una serie excusas inimaginables, llegando a decir que le estábamos pidiendo al equipo de gobierno cometer una ilegalidad.
Alguien con tiempo y conocimiento debería confeccionar un documento gráfico y distribuir por las redes sociales los argumentos utilizados en aquel pleno y lo que unos meses después se utilizaron para el decreto de Las Mimosas, donde incluso para entregar el dinero público a este barrio de lujo llega a afirmarse que las urbanizaciones privadas no existe en nuestro ordenamiento jurídico. Ese documento gráfico sería un excelente ejemplo de lo que es la hipocresía política en su grado máximo y una ocasión para comprobar cómo, en los asuntos importantes, se le ve el plumero a Bermúdez y a su equipo de gobierno.
*CONCEJAL DE SÍ SE PUEDE EN EL AYUNTAMIENTO DE SANTA CRUZ