Y digo esto porque sin duda el señor Peytaví no se ha leído en serio el Plan de Ordenación de Infraestructuras del tren en Tenerife, tanto en el Norte como en el Sur.
Si lo hubiera hecho, sabría que estos proyectos reconocen en sus análisis (lo dice el propio redactor del proyecto, no lo digo yo) que el tren es inviable económicamente en al menos 20 años de uso, que habría que cercenar numerosas líneas de guaguas rentables actualmente para hacerlo mínimamente justificable. Igualmente ignora el señor Peytaví que dicho Plan reconoce que en sus estudios han observado que la población seguirá usando masivamente el coche privado aunque existan trenes, o que estos trenes no servirán para nada a mucha población de los municipios que atraviesa.
Por tanto, si tan inútil se presenta el proyecto ferroviario, ¿por qué acusa el señor Peytaví de demagogia a los que nos oponemos a semejante derroche de dinero público?
¿Ignora acaso el señor Peytaví que el Cabildo tinerfeño ha tirado a la basura 1,5 millones de euros al desarrollar un proyecto de tren convencional para luego dedicar otro millón de euros nuevo a un proyecto de alta velocidad de levitación magnética?
Esto no es demagogia, es pura prevaricación. Pero eso el señor Peytaví no lo menciona, no sé si por desconocimiento o porque no le conviene mencionarlo.
Pero la población afectada no es ajena a toda esta información y con el tiempo todos se pondrán en su lugar. A un lado, los que defienden la honestidad y el empleo justo del dinero público para las necesidades más primordiales como sanidad y educación; del otro lado, el señor Peytaví y todos los que usan realmente la demagogia para engañar y acusar falsamente a la población honesta. Que cada cual elija el lado en que quiera estar.
Rafael González Martín (Geógrafo y miembro de Alternativa Sí se puede por Tenerife).