Ahora queda por esbozar un proyecto más ambicioso y que, aunque no exento de dificultades, podría significar, de materializarse, un giro sustancial en política de movilidad sostenible para el municipio. Para contextualizar la propuesta debemos decir que Santa Cruz padece diariamente la entrada de una cantidad ingente de vehículos procedentes de otros municipios, problema similar, por otro lado, a otras conurbaciones o áreas metropolitanas del mundo desarrollado. Concretamente, el Plan Territorial de Transportes de la Isla de Tenerife señala que entran en nuestro municipio más de cien mil vehículos diarios. Estos vehículos colaboran en hacer inhabitable la ciudad, por los humos, las colas y porque ocupan espacios que podrían recuperarse para el disfrute público.
En otros lugares ha intentado resolver este conflicto estableciendo un canon de entrada a la ciudad para los “vehículos foráneos”. Londres, Oslo y Trodheim (Noruega), Edimburgo o Durham cuentan con peajes urbanos que pueden ser abonados a lo largo de todo el día. Esta fórmula ha permitido en algunas ciudades reducir el tráfico en el 80% sin afectar, salvo los inconvenientes de los primeros momentos, la movilidad de los ciudadanos. Para esto es condición obligada que lo percibido por este peaje se reinvierta en el sistema de transporte público, mediante un aumento en el número de autobuses que circulan por la capital así como su frecuencia de paso Si se quisiera introducir paulatinamente esta propuesta el primer paso podría ser establecer zonas azules para no residentes en el municipio empezando por aquellas áreas donde nuestros vecinos soportan mayores niveles de tráfico.