Para cualquier persona que conozca mínimamente los barrios, para cualquier responsable político que se acerque a esta realidad que da sentido a Santa Cruz, le resultará inconcebible que el actual equipo de gobierno ignore con tanto descaro las necesidades que, en materia de infraestructura, demandan los barrios. Es insoportable que se desprecie con tanto agravio las necesidades de la gran mayoría de los santacruceros. No es nuestro deseo cuestionar las obras que resulten precisas en cualquier parte de Santa Cruz, también en el centro, pero si el dinero es limitado, los presupuestos municipales deberían ser el documento que trate de igualarnos a todos, optando, entre todas las actuaciones posibles y útiles, por aquellas obras que deban acometerse antes que otras para tratar de equilibrar la calidad de vida de todos los que vivimos en el municipio. Estos motivos serían suficientes para calificar estos presupuestos como profundamente insolidarios.
Pero la desconexión del equipo de Bermúdez no sólo llega a este plan de inversiones, sino que el desequilibrio se extiende también a otros asuntos esenciales. Por ejemplo, si analizamos lo previsto para el IMAS, el organismo municipal encargado de atender a la población con mayor riesgo de exclusión social, comprobamos que las partidas para este organismo disminuyen porcentualmente si comparamos el presupuesto agregado de 2015 con el presupuesto que el grupo de gobierno prevé aprobar para el próximo año.
Algo parecido ocurre con las partidas destinadas para el 2016 a programas de mujer donde, a pesar de la realidad que estamos viviendo, se produce una significativa reducción si lo comparamos con lo presupuestado para este año que finaliza (incluyendo las políticas de igualdad). Sólo los programas de juventud tienen el dudoso privilegio de mantener el mismo tratamiento que en los años anteriores: ni un céntimo de euro y ni un trabajador adscrito específicamente al área de juventud. Y ello que el mes pasado habíamos aprobado por unanimidad una moción presentada por Sí se puede para desarrollar políticas de juventud en el municipio.
En lo que sí parece que no han tenido recato alguno es en elevar los gastos de los órganos directivos (incrementan hasta un 88,05%) y en el capítulo de órganos corporativos, donde por el mayor gasto del equipo de gobierno se incrementa un 35,41%. Son las cosas que pasan cuando al frente del Ayuntamiento se encuentran partidos políticos que viven plácidamente en su mundo, ajenos a la crisis que padecen millares de santacruceros y a la realidad de los barrios, a la que sólo visitan en campaña electoral.