Siria (otro estado soberano), vive a diario en su capital Damasco y otras ciudades, cientos de sucesos violentos, con muchos jóvenes como los dos que campaban por Boston, pero armados con material explosivo más potente y armas automáticas, suministradas por EEUU y varios países extranjeros (europeos y de Oriente Medio).
Sin embargo, si el jefe de estado de Siria emplea la violencia para contrarrestar esos brotes de violencia descontrolada, es tachado de asesino, genocida, etc.
Nadie discutió el empleo de la violencia por los policías yanquis o el asalto a viviendas privadas esa noche.
¿Por qué esta mentalidad occidental es tan absurda, tan irracional y tan ciega?
En Boston te podrás acostar tranquilo, porque probablemente el próximo episodio violento toque en otra ciudad de EEUU, pero en Siria siguen sin poder dormir tranquilos muchos padres, madres e hijos, acorralados en sus casas por los combates de unas milicias pertrechadas por los EEUU y sus aliados.
Si dentro de varios años un emigrante sirio resentido se dedica a pegar tiros en otra ciudad yanqui, seguramente, todos los civilizados habitantes obedecerán a su policía y se preguntarán cómo es posible que haya una persona capaz de hacer algo así.
Probablemente la respuesta sea que ningún civilizado ciudadano yanqui de esas ciudades ha vivido en Afganistán, en Palestina, en Sáhara, en Iraq, en Siria, en Paquistán, o en otros muchos países donde la ayuda humanitaria yanqui se traduce en miles de muertos inocentes.
Feliz descanso a los bostonianos/as…