Sí se puede apuesta por orientar los fondos europeos Next Generation hacia la transformación del modelo económico
La organización ecosocialista es partidaria de financiar iniciativas dirigidas a reducir la dependencia actual y a consolidar el escudo social y el sector público El partido canario considera imprescindible una gestión transparente, compartida y con mecanismos firmes de control político y ciudadano
Sí se puede apuesta por orientar los fondos europeos Next Generation hacia la transformación del modelo económico de Canarias, caracterizado por “su dependencia, su incapacidad para responder a las necesidades básicas de la ciudadanía y por su carácter depredador de los recursos y del territorio”, asegura Rubén Fuentes como portavoz de la organización ecosocialista en materia de transición ecosocial.
El partido asambleario canario se muestra a favor de financiar iniciativas dirigidas a reducir la dependencia actual y a consolidar el escudo social y el sector público y exige una gestión transparente, compartida y con mecanismos firmes de control político y ciudadano, al tiempo que considera que estos objetivos deben obtener el apoyo europeo mediante su cofinanciación más allá del programa creado para la recuperación provocada por el cierre de la economía a raíz de la pandemia.
“Resulta evidente que la crisis actual ha dado la puntilla a un modelo económico obsoleto, que debe ser superado con el apoyo financiero a iniciativas de la economía real, para que sirvan realmente como palanca para una transición ecológica y para reorientar el modelo hacia la soberanía económica”, subraya Fuentes. “Es imprescindible que estos fondos contribuyan a una reconstrucción que revierta la creciente desigualdad, frene la crisis sanitaria, económica, ecológica, social y de género y permita una transición ecosocial justa”, añade el portavoz de Sí se puede.
Además, la organización llama la atención sobre las enormes dificultades que tendrán las instituciones públicas canarias en todos los niveles territoriales para gestionar esos recursos extraordinarios. “La falta de músculo administrativo para gestionar en los plazos establecidos puede provocar la ejecución de actuaciones sin criterio y este riesgo se usa ya como el argumento para justificar la entrega de grandes presupuestos a grupos multinacionales y grandes consultoras privadas, que se harán más ricas a costa de la crisis, que funcionan de forma poco transparente y no tienen entre sus prioridades la incidencia en aspectos sociales y de estrategia transformadora, de manera que estas acciones, además, pueden incidir en el debilitamiento de un sector público ya reducido por las políticas neoliberales”, apunta el portavoz.
En esta línea, Sí se puede apunta a la inversión en acciones dirigidas a promover la desprivatización y desmercantilización de los servicios básicos y los sectores estratégicos y a fortalecer los modelos públicos, o público-comunitarios y reducir las colaboraciones público-privadas. Por este motivo, considera necesario que se estimule que empresas sociales y proyectos comunitarios puedan acceder a los fondos de recuperación y que esta medida se complemente con el establecimiento de criterios de exclusión de proyectos y empresas orientadas exclusiva y prioritariamente por la obtención de potentes beneficios.
En cuanto a los contenidos de los proyectos, Sí se puede considera fundamental financiar aquellos que tengan objetivos de justicia social, ecológicos y climáticos y que, en esta línea, tengan la previsión de evitar el “lavado verde”, mientras debe evitarse la financiación desequilibrada de empresas de telecomunicación y digitalización.
“Hacer algo diferente a lo que planteamos sería traicionar el espíritu de recuperación que dice impulsar el programa de financiación y vulneraría las expectativas de una ciudadanía que confía en que la salida de esta crisis resulte, por una vez, en medidas con efectos positivos de largo alcance. No puede ser de otra manera cuando el programa Next Generation no es un regalo, sino que se plantea a través de mecanismos de deuda pública. No podemos hacer recaer en las próximas generaciones el peso de devolver con intereses unos fondos que acaben destinados a perpetuar un sistema injusto, dependiente y condenado a la ruina social y ambiental”, enfatiza Fuentes.