Unid@s se puede trasladará a la justicia doce años de uso de suelo y alumbrado público ilegal
Ascanio y Roca destacan el emplazamiento ilegal de diecinueve máquinas expendedoras en nueve centros ciudadanos de titularidad pública, durante doce años
Rubens Ascanio y María José Roca, concejales de Unid@s se puede en el Ayuntamiento de La Laguna, expusieron en una rueda de prensa celebrada en la mañana del martes la voluntad de trasladar una denuncia al juzgado en los próximos días en la que detallarán los datos referidos al emplazamiento ilegal de diecinueve máquinas expendedoras en nueve centros ciudadanos de titularidad pública, durante doce años.
Entre 2006 y mediados de 2018 los centros ciudadanos de El Tranvía, San Diego, Las Madres, Las Chumberas, Vistamar, Valle de Guerra, Punta del Hidalgo y Pérez Soto dispusieron de un total de diecinueve máquinas expendedoras de bebidas y alimentos sin el más mínimo expediente abierto ni título habilitante.
La concejala del principal grupo de la oposición lagunero señaló que en febrero de 2018 recibieron una denuncia vecinal en la que “se nos aseguraba que ninguna máquina expendedora ubicada en numerosos centros ciudadanos del municipio contaba con la más mínima autorización para su instalación”. Roca detalla que “tras solicitar los expedientes correspondientes y tras una importante falta de respuesta logramos un informe técnico del área de Participación, en junio de ese mismo año, en el que se detallaba la ilegalidad de las mismas”.
Roca recuerda que la instalación de máquinas expendedoras sin autorización “vulnera la normativa de patrimonio de las administraciones públicas, por el uso privativo del espacio público, y de contratación porque no ha habido posibilidad de optar a la licitación por parte de distintas empresas en condiciones de igualdad, y además supone un coste extra para las arcas municipales, por el consumo de electricidad”.
La edil indica que la ley establece que “la adjudicación de una concesión para usar un dominio público, la empresa debe abonar los gastos derivados de la instalación de las máquinas y de disponer de un seguro de responsabilidad para responder a posibles daños causados a terceros o al propio Ayuntamiento, además de asegurar su correcto mantenimiento y servicio, cosa que no ha sucedido”.
Explica que desde 2014 el Reglamento de Uso y Gestión de Centro Ciudadanos ya habla de estas máquinas expendedoras, un documento que tuvo un coste de redacción de más de 600.000 euros, y al mismo tiempo establece en su artículo 23 la prohibición de actividades que “impliquen ánimo de lucro” y establece que las actividades que supongan un uso privativo deben, según el artículo 44, contar con “autorización expresa del ayuntamiento”. Cree que con “el evidente uso de mecanismos de arbitrariedad, como los que se pueden constatar en los informes, también se impide a otras empresas participar en igualdad de oportunidades y tampoco se vela por una correcta atención a la ciudadanía”.
Por su parte Rubens Ascanio considera que “este caso refleja una práctica que tiene mucho que ver con el ADN político de Coalición Canaria, de aquellos que ven el municipio como su finca particular, donde la política de amiguetes ha tenido un peso muy negativo”.
Dos empresas, Velma Ven y C.B Vending, fueron “las afortunadas beneficiadas de un negocio redondo durante unos doce años”. Manifiesta a este respecto que “los vecinos y vecinas de La Laguna, con sus impuestos pagaron la luz, el agua y el espacio público que ocuparon estas máquinas sin que las mismas, al menos oficialmente, reportaran beneficio alguno para la administración”, manifiesta.
En la comparecencia celebrada en el Pleno de diciembre obtuvieron “una respuesta del concejal Jonathan Domínguez en la que directamente mintió, donde atribuye la instalación de estas máquinas a los propios colectivos vecinales, algo totalmente increíble tratándose de edificios de titularidad municipal desde un inicio. Además el concejal aseguró en su declaración que “no tenemos constatado el origen de esas máquinas” y “no pensamos iniciar ninguna caza de brujas” con este asunto”. La comparecencia de mostró una cosa clara, Coalición Canaria “no tiene la más mínima voluntad de mirar debajo de una alfombra que es propia, no quiere que se conozca quién y cómo se autorizaron esas máquinas, ni realizar una investigación oficial al respecto, con una voluntad manifiesta de no dar respuesta a nuestras solicitudes de información”. Considera por ello que deben “tomar determinaciones claras y efectivas, en defensa del interés general de los laguneros y laguneras”.
Ascanio afirmó en su intervención que, “solo en luz, hablamos de un coste aproximado anual de unos 180 euros por máquina, lo que supone unos 3.420 euros anuales en total, en los últimos doce años 41.040 euros”. Con respecto a las tasas municipales sería un monto pendiente de pago de 3.623,68 euros anuales, “en doce años han dejado de pagar a las arcas públicas 43.484 euros”. En total hablan en el grupo municipal de “más de 84.000 euros que no se han repercutido en las cuentas municipales de forma positiva, siendo dificil de calcular el beneficio económico obtenido como resultado de esta actividad ilegal”.
El grupo opositor registró el pasado 21 de diciembre un escrito en el que reclaman a la concejalía de Hacienda, en base al artículo 6 de la Ordenanza Fiscal Reguladora de Tasas por utilizaciones privativas o aprovechamientos especiales de dominio público, el cobro a las empresas comentadas de la cuota correspondiente, 190,72 euros por máquina y año, hasta donde la ley permita. Además pidieron a la concejalía de Servicios Municipales que haga lo mismo con el consumo de luz mencionado. Igualmente en la misma fecha reclamaron la apertura de expedientes informativos y además los expedientes referidos a máquinas expendendoras ubicadas en instalaciones deportivas o la escuela municipal de música, “que sospechamos que puedan estar en una situación similar y podrían sumar en total una treintena”.
Finalizan anunciando que, ante “la deliberada inacción municipal para aclarar las responsabilidades y lo que creemos que es una voluntad obstruccionista, no tenemos otro remedio que acudir a la vía judicial en los próximos días para aclarar lo sucedido y exigir las responsabilidades que tengan lugar ante una situación”. Indican que en otros municipios del Estado denuncias similares han supuesto la apertura de diligencias previas y dar parte de incoación al Ministerio Fiscal, porque los hechos denunciados “presentan características que hacen presumir la posible existencia de una infracción penal” y que pueden ser constitutivos de presuntos delitos de malversación de caudales públicos”.