Opinion

Murió Carlos Pinto Grote y recuerdo más que nunca su patria en forma de negro malpaís, flor y retama.

Los pueblos del Sahara Occidental y de las tierras de la Palestina histórica, sufren desde hace décadas una ilegal ocupación, persecución de sus habitantes, torturas, asesinatos masivos algunas veces, selectivos otras, acometidos por los aparatos del estado y por grupos incontrolados, bajo la observancia y, en muchas ocasiones, la anuencia del propio Estado ocupante.

Hace unos días escuché una entrevista al compañero Rubens Ascanio de Unid@s se puede en La Laguna. Usó una frase que me encantó: “Frente a los pactos en cascada, defendemos una cascada de cambios”.

Se escuda el PP en que la razón que les ha llevado a perder las elecciones es la falta de comunicación. Por lo visto, según la versión oficial, no han explicado lo suficientemente claro a los votantes en qué consisten sus propuestas.

En los ayuntamientos de La Laguna y Las Palmas y en el Cabildo de Gran Canaria, tres de las seis instituciones locales más importantes del Archipiélago, se han configurado nuevas mayorías que han recibido el encargo de la ciudadanía de desbancar la hegemonía de los partidos conservadores que han gobernado estos últimos años.

Con la candidatura de Unid@s se puede estamos sintiendo que hacemos historia en La Laguna.

No han dudado los grandes poderes económicos en aplaudir la irrupción del partido pijo de derechas de Albert Rivera, el recambio que el poder económico buscaba para suplir el deterioro del PP.

Unos días antes de la fiesta de los trabajadores, el FMI presentó un informe sobre la economía española que concluía que hasta el 2020 se mantendrá el porcentaje de cinco millones de desempleados, último año en que el organismo internacional se atreve a hacer estimaciones que resulten suficientemente fiables.

Aunque la ley que regula las elecciones locales diga que, tras la convocatoria electoral, se prohíbe cualquier acto organizado o financiado por los poderes públicos, que contenga alusiones a las realizaciones o a los logros obtenidos, los grandes partidos se lo pasan por el arco del triunfo y si pueden lo inauguran.

Separadas por el tiempo y la distancia geográfica pero unidas por su lucha y compromiso