No son de izquierda. Javier Doreste
Desde hace mucho tiempo la ciudad de Galdar, orgullosa primera capital de Gran Canaria, se arrastra entre cemento y plataneras en un círculo vicioso.
Desde hace mucho tiempo la ciudad de Galdar, orgullosa primera capital de Gran Canaria, se arrastra entre cemento y plataneras en un círculo vicioso.
En poco más de seis meses el gobierno de Rajoy ha arruinado toda la “legitimación” social que le dieron las urnas. Ha hecho todo lo contario de lo que decía que iba a hacer. Aunque con mayor propiedad podría afirmarse que ha hecho lo que pensaba pero no lo que decía.
La actual crisis socioeconómica, además de inducir un agravamiento de las desigualdades sociales, está provocando la invisibilidad de las cuestiones ambientales en la esfera pública canaria, y su desplazamiento en las prioridades de la agenda política, que ya andaba bastante relegada, por cierto, en nuestro archipiélago.
Escribo estas líneas desde la indignación y la repulsa por la actuación de la policía, que en el día de hoy, en Santa Cruz de Tenerife, en la Plaza de la Paz, cargó contra un centenar de manifestantes que habíamos decidido apostarnos a las puertas del Congreso Insular del PP para protestar por las políticas antisociales del Gobierno de Rajoy y su ministro Soria.
Hace unas semanas el Parlamento de Canarias aprobó el recorte del recorte del recorte.
La Venta, pequeño inmueble lugareño, siempre había servido la especialidad de la casa desde hacia mucho tiempo; pasando el oficio de generación en generación y siendo de gran utilidad a la vecindad y sus gestores.
La máxima preocupación de don José Manuel Soria como ministro de Industria, en el sector energético, además de hacernos la puñeta a los canarios con lo de las autorizaciones para las prospecciones petrolíferas y la reducción de las primas a las renovables; es el déficit de tarifa que se ha ido acumulando.
En 1842 Carlos Marx asumió la defensa de los campesinos de Prusia frente a los terratenientes.
Va muriendo lentamente. ¿No lo ves, Luna? Eres grande y blanca. Ahora que el Sol se fue, hasta tienes toda la luz de la galaxia y…¿no lo ves?
Sabíamos que el ser social de la burguesía, como clase, determinaba su conciencia de plomo, la mercantilización de su universo mental, una brutal enajenación de la condición social del ser humano.