El desmantelamiento de la Planificación Familiar en Tenerife. Fabián Hernández

En lo que se refiere a los recortes en sanidad, el desmantelamiento de las consultas de Planificación Familiar es otro episodio más de estas medidas políticas.

Cuando recientemente ha vuelto a salir a escena que el Gobierno de Canarias posee un sucedáneo de embajada de Canarias en Madrid, en Bruselas o en Caracas, cabe reflexionar en relación a cuáles son las prioridades de nuestros gobernantes.

Según parece, para nuestros políticos es más importante o prioritario el mantener una Televisión Autonómica, endeudada y manifiestamente mejorable, o una Policía Autonómica, o a esta serie de embajadas canarias allende los mares, que el mantener una prestación sanitaria de la importancia que tiene la Planificación Familiar, también conocida como Consultas de Orientación Familiar.

La comunidad canaria es una de las regiones españolas donde la pirámide poblacional se caracteriza por tener mucha gente joven. Las Islas Canarias están a la cabeza del fracaso escolar. Y también somos de las primeras comunidades en cuanto al número de embarazos no deseados. Estos datos dan para reflexionar.

La ecuación es clara. Si tenemos una población instruida y formada en lo que a planificación familiar se refiere, redundará en una menor incidencia de embarazos no deseados. Por lo tanto, la planificación familiar y las consultas de orientación para jóvenes son de vital importancia en nuestro medio.

Hasta hace pocas fechas existían en el área de Tenerife las denominadas consultas de Planificación u Orientación Familiar. Consistían en consultas timoneadas por médicos especialistas en Ginecología y Obstetricia, y en muchos de los casos los facultativos eran auténticos especialistas en anticoncepción. Hablamos en pretérito puesto que estas consultas han desaparecido casi por completo.

En estas consultas de Planificación Familiar eran valoradas las mujeres en edad reproductiva que deseaban o precisaban consejo anticonceptivo. Estos puntos de asistencia en muchos casos eran el primer contacto de las jóvenes con un especialista en ginecología. En estas consultas a las mujeres se les hacía la exploración ginecológica pertinente, citologías cervico-vaginales, ecografías ginecológicas, y en su caso, se les podrían solicitar otras pruebas diagnósticas complementarias. Se les indicaba el método anticonceptivo más adecuado en relación a la edad y características de las mujeres, la anticoncepción especifica durante la lactancia, se les insertaba a las mujeres que así se les fuese indicado los dispositivos intrauterinos, conocidos popularmente como DIU. Del mismo modo, mediante estas consultas se indicaban y vehiculizaban los procesos de anticoncepción definitiva, tanto la ligadura de trompas bilateral en la mujer o la vasectomía en el varón.

Paralelamente existen las consultas de Ginecología General donde son atendidas el resto de las mujeres, que son el grueso de mujeres postmenopáusicas y otras mujeres en edad reproductora pero que son valoradas por otros problemas ginecológicos no relacionados con la anticoncepción. Estas consultas de Ginecología General se encuentran en los Centros de Atención Especializada (CAE), conocidos popularmente como Ambulatorios.

Antes del desmantelamiento de las consultas de Planificación Familiar en Tenerife, la situación también dejaba mucho que desear. Esto es así porque dichas consultas eran escasas, puesto que solamente se contaba con cinco puntos de atención para toda la isla. Existía una consulta de Planificación Familiar en La Orotava, para prácticamente todo el norte de la isla; una consulta en el Centro de Salud de Güímar, cuya área de influencia se extendía por todo el sur de la isla hasta Santiago del Teide; una consulta en La Laguna, sita en la calle San Agustín; y otros dos puntos de atención en el área capitalina, en el Centro de Salud de Ofra y en el Centro de Salud de La Casa del Mar.

Esta situación poco alentadora era la que existía. Se daba el caso de que una mujer que precisara de la inserción de un DIU y que viviera por ejemplo en Playa de San Juan, en Guía de Isora, tenía que desplazarse hasta Güímar. Lo que ocurría era que muchas usuarias del sur de la isla prescindían de esta paupérrima prestación.

A estas consultas habría que sumar otras consultas de Planificación Familiar que estaban articuladas por algunos ayuntamientos, con acuerdos determinados con el SCS. Este es el caso del Ayuntamiento de Tacoronte y de El Sauzal, que contaban con un punto de atención de Planificación Familiar en el término de Tacoronte, donde eran atendidas las mujeres en función de un umbral de renta determinado. Otro ejemplo de ello es el municipio de Tegueste.

Esta prestación, aunque precaria, se ha ido desmantelando progresivamente, de modo que a día de hoy sólo persiste el centro de Planificación Familiar de la Casa del Mar. Se han suprimido los centros de Planificación Familiar de Güímar, La Orotava, La Laguna y Ofra. A esto hay que sumar la abolición del centro de Planificación que prestaba el ayuntamiento de Tacoronte. Finalmente, corre el rumor de que también se pretende cerrar el punto de atención de La Casa del Mar.

¿Cuál es la alternativa?: Muy desalentadora, por no decir que ninguna. Ahora el grueso de mujeres que eran atendidas en estas consultas monográficas de Planificación Familiar han de ser derivadas a las consultas de Ginecología General, en los correspondientes ambulatorios. Estas consultas están abarrotadas y con una importante lista de espera desde siempre. De hecho, en años pasados se intentó paliar la enorme lista de espera de Ginecología General, de más de un año de demora de media, mediante la concertación de consultas de ginecología en centros privados.

¿Cuál es la consecuencia de todo esto?: Por un lado, esta medida ha condicionado que desde hace unos meses las citas para Ginecología General en algunos ambulatorios sean para el año 2015, dato que ya se ha hecho público en los medios de comunicación. Por otro lado, la atención probablemente ha empeorado, pues se ha prescindido de consultas específicas y monográficas en anticoncepción con muchos años de experiencia.

A todo esto hay que sumar que la disminución del poder adquisitivo de la población, como consecuencia de la instauración de esta crisis económica, ha condicionado que muchas mujeres que eran asiduas de la medicina privada hayan v
uelto a retornar a la sanidad pública, en busca de las consultas de Planificación Familiar, y se hayan encontrado que, precisamente ahora, han abolido estas consultas.

Lo claro y evidente es que en esta querida tierra a nuestros gobernantes les importa poco prescindir de la importante prestación que contemplan las consultas de Planificación u Orientación Familiar. Al menos siempre nos quedará En Clave de Ja.

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