Lluvia y abrazos. José Manuel Hernández

La lluvia viene a calmar la sed de la Isla. La alegría, esta mañana, se propaga por las calles, por los barrancos y por las huertas de esta ínsula que me habita. También por nuestros rostros. Agua que nos das la vida: bienvenida seas.

Ahora toca cumplir mis promesas. La primera: bañarme debajo de ella, desnudo, dejando que sus manos frías atemperen mi cuerpo caliente, de sol y de indignación, y sentir cómo las gotas resbalan, cómo se estrellan con la parte de Tierra que soy. Se lo prometí a los chinijos y no veía la hora de afrontar ese agradable compromiso. La segunda: escribir sobre ella. Pero aquí me achico y me echo atrás. Lo siento lluvia, pero tu lugar, ahora, por aquello de las circunstancias y de las lágrimas, lo ocupa un buen hombre.

No sé cómo se llama. Estaba en un bar el 25 de septiembre, a la noche. En Madrid, la ciudad que gritó “¡NO PASARÄN!” y hoy grita ¡QUE SE VAYAN! Tampoco sé si era camarero, encargado o dueño. Pero se rebeló contra la bestia, sacó pecho, extendió sus brazos y les gritó “¡aquí no entran!”, y los perros rabiosos, azules, armados, indocumentados, prepotentes, salvajes, impunes…tuvieron que meter el rabo entre las piernas ante tamaño ejemplo de dignidad. El hombre bueno protegía a la gente valiente, como el mismo ha dicho, que, esa misma noche, le plantaba cara al cáncer que nos está comiendo nuestra libertad, nuestros derechos y nuestras sonrisas.

Hoy ya es 27. En la Isla llueve y en el Bar El Prado, que así se llama y me enorgullezco de hacerle publicidad, siguen los abrazos al hombre bueno, al hombre humilde. Es el abrazo de Madrid a su pueblo, ese que lucha y lucha por recobrar la felicidad perdida. Es el símbolo de la dignidad que se hace visible en muchas islas. También en esta. Es el abrazo que nos alienta a seguir luchando, en cada esquina, en cada segundo. El abrazo que nos reconforta, que nos devuelve el valor de vivir. El mejor antídoto contra la resignación. Gracias hombre bueno. Eres el mejor espejo, el que proyecta lo mejor de nosotros y nosotras. ¡Tú sí que nos representas! Gracias Madrid. El sábado volveremos a abrazarte.

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.