¡Más de lo mismo en cascada!. Mayca Coello
Las elecciones del 24 de mayo han manifestado la clarísima voluntad ciudadana de que no existan mayorías absolutas. Los y las votantes han reclamado que las instituciones sean más plurales políticamente hablando y piden a gritos que las diferentes organizaciones políticas compartamos, en un aplicación democrática real, la toma de las decisiones que afectarán a las personas de cada municipio, de cada isla y de Canarias en su conjunto. Esta demanda ciudadana, realmente revolucionaria en nuestro contexto político, está siendo ignorada y trampeada por las tres fuerzas políticas hegemónicas durante décadas en Canarias.
La gente está pidiendo participación y diálogo y a cambio los partidos de siempre negocian e intercambian puestos; la ciudadanía exige regeneración política y a cambio ellos se tapan mutuamente sus vergüenzas; la gente de Canarias reclama transparencia y a cambio se mantienen durante semanas calladitos y trapicheando oscuros repartos de poder en los despachos.
Desde Candelaria al Gobierno de Canarias, el monstruo de tres cabezas que ha fraguado durante décadas, y consolidado en los últimos años la profundísima crisis económica y social que vivimos en nuestra tierra, intenta sobrevivir a toda costa y mantener el poder que han concentrado en las mismas manos desde hace muchísimos años. Por ello afirman que la ideología no existe, solo las personas; por eso no hay coherencia entre lo que dicen y lo que después hacen; por eso no hay vergüenza a denunciar primero lo que después se calla. Por eso todo vale y negocian para ocultarse mutuamente las irregularidades, las ilegalidades, los fiascos a la ciudadanía con dispendio de dinero público. A cambio, algunos y algunas se garantizan un puesto de trabajo por cuatro años más, porque volver a los orígenes no es tan “glamuroso” y muchas veces tampoco hay a donde volver. Otros y otras consiguen un puesto de trabajo en situaciones realmente difíciles para la mayoría. Esos son los acuerdos, sin luz ni taquígrafos, que están llevando a cabo estos días. Esa es la enorme tristeza de que la VIEJÍSIMA POLÍTICA quiera seguir mangoneando a una sociedad que le pide cambio, que le pide una cascada de cambios.
La vieja política del monstruo de las tres cabezas tiene miedo, mucho miedo, y por eso se enroca, porque en cuarenta años de democracia no ha aprendido a practicarla de verdad. Por eso no aceptan los gobiernos en minoría. El monstruo no sabe consensuar ideas. No sabe trabajar sobre la verdad y la transparencia. No sabe dialogar sobre propuestas. No sabe pensar en la ciudadanía antes que en las propias siglas de los partidos que lo forman. Y me da lo mismo si se llama CC, PP o PSOE. O no, no me da tanto lo mismo. El Partido Popular hunde sus raíces más profundas en la etapa predemocrática, con una adaptación posterior imprescindible al sistema de partidos, por lo que podríamos encontrar un hilo lógico para su comportamiento. En esta misma línea, Coalición Canaria es una suerte de imprecisión ideológica calculada, con claro sesgo conservador y protagonismo de las élites caciquiles insulares, anclada en una reclamación “de lo nuestro”, donde nunca queda del todo claro a qué nuestro se refiere. Pero el caso más incoherente y sangrante es el del PSOE, que sigue defendiendo su encaje en la izquierda traicionando una y otra vez los valores de las personas que realmente se sienten socialistas. Un Psoe que reniega de sus siglas e ignora, como hemos visto claramente en Candelaria en las últimas semanas, las demandas de regeneración política, lucha contra la corrupción, transparencia, rescate ciudadano y defensa de derechos laborales que le hemos hecho desde Sí se puede pero que, por el contrario, se sienta a “negociar”, con las artes de la viejísima política, con el PP y con CC.
Estas semanas la gente pregunta… muuucho… muchísimo… y no hay respuestas… ¡Solo rumores que se cuelan en la prensa! La conclusión ciudadana es que tenemos ¡Más de lo mismo en cascada y que eso es inaceptable! Ante esta reclamación democrática, las organizaciones políticas que como Sí se puede formamos parte de la NUEVA POLÍTICA, tenemos que abrir puertas y ventanas inmensas en las instituciones para que entre la luz y se ventile el olor a rancio. Ahora nos toca demostrar que sí se puede hacer política de otra manera, frenando un afianzamiento del descreimiento, de la impotencia y de la resignación. No es tarea fácil, porque el control institucional es fuerte y el control que llevan a cabo de los medios de comunicación también pretende mantener el status quo. Sin embargo, debemos poner todo nuestro empeño y nuestra preparación para seguir avanzando hacia una verdadera CASCADA DE CAMBIOS, frente al más de lo mismo en cascada que pretenden imponernos.
Mayca Coello. Concejala de Sí se puede en Candelaria.