Miedo a la democracia. José Hernández.
Cierto es que no todos podían ejercer este derecho, pues mujeres y esclavos quedaban excluidos. Hoy la democracia ha pasado de directa a representativa, donde las personas (mujeres y hombres de toda condición) con derecho a voto (en algunas circunscripciones se sigue excluyendo a una parte de la población, como a la residente no nacionalizada), van cada cierto tiempo a elegir a sus representantes que luego ejercerán el gobierno del Estado durante el tiempo estimado.
Dentro de la democracia representativa que actualmente tenemos como forma de gobierno en la mayor parte de los países occidentales, existen varias formas de hacer partícipe a la ciudadanía de la toma de decisiones. Por ejemplo, existen los referéndums, las Iniciativas Legislativas Populares, consultas populares… Casi la totalidad de estos métodos son ignorados o ninguneados por los gobiernos, utilizando a la ciudadanía solo cuando les interesa llenarse la boca para dar lecciones de democracia.
A pesar de ser una de las opciones más importantes para la toma de decisiones, los referéndums son casi ignorados y no se convocan salvo cuando los gobiernos están seguros de que saldrá lo que ellos consideran oportuno. En los años que existe democracia en el Estado Español, solo se han convocado cuatro: para avalar el proyecto de Ley de Reforma Política, para refrendar el Constitución, para garantizar la entrada de España en la OTAN, y para apoyar la Constitución Europea.
En este último caso, resultó lamentable que, una vez se vio que no iba a resultar tan fácil que la ciudadanía de toda Europa apoyara el sí a la Constitución, se decidió suspender la tanda de referéndums y se optó por aprobarla sin más, en un acuerdo adoptado en Lisboa.
Hace unos meses el Gobierno español del PSOE supuestamente progresista, modificó la Constitución a través de un Real Decreto Ley para poner un corsé al gasto público, tal y como reclamaba la neoliberal Europa. El gobierno “socialista” con el apoyo del Partido Popular sacó adelante esta reforma sin previa consulta popular, demostrando que cuando se trata de salvar bancos o calmar mercados financieros los dos grandes partidos piensan lo mismo y se olvidan de la ciudadanía.
Pero volviendo al país origen de la civilización, después de que la derecha helena falseara en su día las cuentas para poder entrar en la unidad monetaria, Grecia ha sido el país que más a tenido que soportar los ajustes exigidos por la Unión Europea, unos ajustes que como no podía ser menos sufren siempre los que menos tienen. Las huelgas generales se han sucedido y las imágenes que nos llegan por televisión es la de un país que no está dispuesto a soportar más ajustes, por eso, en un acto poco habitual, cuando el primer ministro griego Yorgos Papandreu anunció que iba a convocar un referéndum para que fuesen los griegos los que decidiesen si estaban dispuestos a aceptar la ayuda recibida de Europa con los consiguientes ajustes que exigen los países de la eurozona, las bolsas y la prima de riesgos, por su propio interés enemigas de la democracia, se desplomaron con datos históricos en algunos casos. A partir de este momento, no han parado de salir a la palestra políticos que se llenan la boca una y otra vez dando lecciones de democracia a los países que no hacen lo que lo ellos propugnan y demostrando que el “todo para el pueblo pero sin el pueblo” no es una frase pasada.
Causa sonrojo oír al Sr. Rubalcaba, candidato a la presidencia del gobierno por el Partido Socialista, diciendo que es un error convocar un referéndum. Se acostumbran los políticos profesionales a hacer y deshacer sin consultar con nadie y cuando alguien decide preguntar qué es lo que quieren sus ciudadanos, se escandalizan. Aunque el colmo de la desfachatez y causante de vergüenza ajena, fue oír a Diego López Garrido secretario de estado para la UE decir que “los referéndums son para las reformas constitucionales”.
Visto el revuelo que se ha montado con la convocatoria del referéndum griego, habrá que estar atentos a las próximas semanas, puesto que las presiones para que este no se convoque se van a suceder. Ahora queda hacernos una pregunta: la democracia nació en Grecia, pero ¿morirá allí también o volverá Grecia a ser un modelo a seguir?