Nudismo Institucional. Julio Concepción

El hoy, consejero en el Cabildo Insular de Tenerife, Antonio García Marichal, será llamado a declarar en el mes de abril, en el denominado Caso Arona 2, al estar imputado (investigado) por corrupción política, por adoptar acuerdos urbanísticos contrarios a la ley, durante el mandato en el que fuera concejal en Arona, y miembro de la junta de gobierno donde se aprobaban las misma, durante el periodo 2007-2011. Dicho consejero participó aprobando en el pleno, con su voto a favor, la concesión masiva de licencias urbanísticas contrarias a derecho, siendo lo más grave del asunto, si cabe; que lo hacía cuando ya había abierta una investigación judicial por el mismo proceder (el caso arona 1); cuyo resultado ha sido la anulación del Tribunal Superior de Justicia, el 25 de abril de 2014 del PGO, y con ello la perdida de grandes sumas de dinero público, invertido en dicho documento y las posibles indemnizaciones a cargo del erario municipal, como consecuencia de los convenios urbanísticos ya firmados en virtud de este plan. En palabras del actual acalde de Arona del Partido Socialista “El caso Arona ha costado al municipio 42 millones de euros”.

Consideramos desde el Grupo Podemos que los cargos públicos, se deben a la lógica de la confianza ciudadana, y quebrar toda confianza ante la ciudadanía, es abrir una brecha cada vez más sangrante entre la política y la gente de la calle. No en vano, la preocupación por la corrupción es el segundo problema para la gente, después del paro. Es decir, que aquellos que deberíamos ser parte de la solución, ahora formamos parte del problema. Aquellos que deberíamos de trabajar para la ejemplaridad y la transparencia en el ejercicio de nuestro cargo, somos los que entendemos, que una vez elegidos por la gente, no nos debemos a la gente. A ningún código ético, ni compromiso social.

La solución a esta pérdida de confianza ciudadana, no nos engañemos, no es jurídica. ¡Es política!. Los jueces han de hacer su trabajo, faltaría más, ( y deberíamos de facilitárselo sin intromisión en sus funciones) pero nosotros debemos de hacer el nuestro, en las claves anteriormente referida. No se trata de vulnerar derechos a inocentes. Se trata de no ampararnos ante la presunción de inocencia, para no hacer nada, para cruzarnos de brazos, mientras la situación se agrava. Tenemos que ser capaces de dar una repuesta ética al problema, por lo tanto política y no para quedarnos quietos para que sean los juzgados quienes resuelvan estas situaciones dentro de 15 o 20 años. No es así, de ninguna manera. Cada uno ha de hacer su trabajo y nosotros no podemos claudicar de nuestras responsabilidades en otros.  La gente no nos paga para que miremos para otro lado.

El Sr. Carlos Alonso no debería de mirar para sus intereses personales y de partido; y mirar desde lo que él, hoy representa como presidente de este Cabildo a los ojos de la gente, de todas l@s tinerfeñ@s, que desean que no haya sombras de dudas, ante presuntas corrupciones políticas en nuestras instituciones; y poder así, asumir todos los partidos la dimisión de todo cargo público investigado por corrupción política y que esta propuesta sea incorporada en el Código de Buen Gobierno Insular. Ya el PSOE lo ha llevado a cabo en aquellos pactos donde gobierna con Ciudadanos y con Podemos; es más, hasta el Partido Popular ha asumido este mismo código ético, allá donde gobiernan con Ciudadanos. Parece que Coalición Canaria en el Cabildo no se ha enterado de los cambios sociales y políticos que ha dado este país, que ha relegado a dicho partido, a ser la cuarta fuerza política en las últimas elecciones generales.

El presidente del Cabildo, debería dejar de lado la estrategia del traje del emperador como guía política, que sin saber que iba desnudo, sus aduladores eran incapaces de contrariarle y a su paso por palacio le decían: -¡Qué hermoso vestido lleva puesto Majestad!-. Hoy, algunos pretenden que vengamos a este pleno a hablar de sus trajes, pero no va a ser posible. Hoy hemos llegado a esta institución con la fuerza y la valentía que tuvo la única persona que fue capaz en el cuento, de decirle la verdad al emperador; ¡Una niña!. Pues con la inocencia salvaje de la infancia, hoy le decimos a Carlos Alonso que no tiene excusa para mantener en su cargo al consejero Antonio García Marichal. Hoy no tiene razones que le acompañe en este viaje. ¡¡Hoy; el presidente vino desnudo!! ¡Sin  argumentos que lo arrope!.

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