Pacto de colonialidad. Eligio Hernández

Este profesor, junto con otros, conforma el Grupo de Investigación sobre el Subdesarrollo y el Atraso Social (GISAS), que mediante un equipo interdisciplinar intenta dar explicación de la situación de subdesarrollo y pobreza secular presente Sudamérica y África, así como del atraso en los países del Sur de Europa. Para comprender esta desfavorable situación socioeconómica y medioambiental, este grupo de investigación utiliza el concepto marxista de capitalismo burocrático, en general, y, particularmente dentro de éste, el de semifeudalidad, por lo que los estudios sobre la cuestión agraria constituyen una parte fundamental de sus análisis.

Durante la enriquecedora charla se habló de la realidad socioeconómica de Canarias, de cómo únicamente se revierte en nuestra economía el 15% del gasto medio de un paquete vacacional contratado por un turista, marchándose fuera el 85% restante; de cómo el impacto social del latifundismo es idéntico al de Andalucía o Extremadura; también de como la explotación semiservil de las jornaleras de tomates que se hacinaban en las cuarterías del Sur de Tenerife de ayer, tienen su fiel reflejo en las camareras de piso del modelo productivo extravertido de hoy. En definitiva, de cómo en Canarias se sigue reproduciendo un modelo extractivista y de bajo valor añadido donde el gran capital expolia nuestros recursos con la ayuda de instrumentos fiscales regresivos -¡la mejor fiscalidad de Europa!-, al mismo tiempo que va incrementándose la precariedad salarial.

En esta línea, aunque Canarias nunca fue vanguardia capitalista y siempre arrastró con un sistema semifeudal, nuestros dirigentes no tienen inconveniente en ser los tontos útiles del “nuevo” imperialismo del que habla otro geógrafo, David Harvey, que instigado por el neoliberalismo, pretende mercantilizar y privatizar derechos básicos y servicios públicos esenciales, perpetuando la acumulación por desposesión que mantiene un sistema económico global completamente deshumanizado y sediento de rentabilidad.

La subalternidad, subdesarrollo y dependencia exterior que conforman una parte de nuestra colonialidad tuvieron un punto de inflexión en el llamado pacto colonial, que se ha ido revisando con el paso del tiempo a través del Régimen Económico y Fiscal (REF), y en virtud del cual se nos ha ido embebiendo en un victimismo sistémico dirigido a la demanda de subvenciones que acaban yendo a parar a la misma oligarquía que lo fraguó. Una senda de pedigüeñismo que ha continuado con el objetivo de conseguir Fondos Europeos para el Desarrollo Regional (FEDER) o para agarrarse al estatuto de Región Ultraperiférica (RUP).

En conclusión, un victimismo atávico –muy bien retratado por Federico Aguilera- que, en forma de analgésico, neutraliza cualquier atisbo de iniciativa política destinada a fomentar un desarrollo socioeconómico autocentrado que no caiga en la falacia de la lejanía como pretexto de un discurso que quiere convertirnos en unos incapacitados, y que se sustancia en la idea de que sólo podemos vivir de la cooperación al desarrollo institucionalizada por la Unión Europea. Ahora que vuelve a surgir el rumor de que Europa puede cortar el grifo de las ayudas RUP, estamos en la obligación de hilvanar un discurso antagónico al de los que quieren seguir renovando ad infinitum este pacto de colonialidad que lo único que ha conseguido es que Canarias sea económicamente más dependiente y socialmente más desigual, y construir un modelo de país que permita despojarnos de tanta ranciedad al mismo tiempo que ganamos autoestima y dignidad como pueblo.

* Eligio Hernández Bolaños es concejal de Sí se puede en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife.  Además es geógrafo y experto en ordenación del territorio. El artículo fue publicado originalmente por la revista  Tamaimos; puedes leerla en la publicación digital en este enlace:  http://bit.ly/1T9BR2c.

Puedes seguir a Eligio Hdez Bolaños en su perfil de twitter: @eligiohdezssp y al grupo municipal de Sí se puede en Santa Cruz, en este perfil: @SiSePuedeSCTF.

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