Santa incultura de Tenerife. Jesús Santiago Hernández

Los varios espacios culturales abandonados por las 3 instituciones en nuestra ciudad, algunos de ellos comprados por cifras millonarias, como el teatro Baudet comprado por el Cabildo millones de euros, demuestra el abandono cultural de Santa Cruz.

Dejamos morir los multicines Oscar y Grecos, con amplias salas que se podrían convertir en espacios multiculturales, cuando el Ayuntamiento podría haber llegado a un acuerdo para su alquiler y ofrecerlas a diversos colectivos culturales y sociales. La autogestión mantendría llena de actividades esos espacios, enriqueciendo a la población y reactivando Santa Cruz pero, por el contrario, prefieren gastarse alquileres en oficinas con un valor económico alto, las cuales no usan.

El Gobierno de Canarias empezó la gran obra del Viera y Clavijo, espacio multifuncional, pero la paró. En este teatro yo, como muchos otros, pasé gran parte de mi infancia, en la escuela de música o en algún taller de teatro. El Teatro Pérez Minik daba un aire nuevo al teatro y la música de colectivos y barrios de la capital, pero también lo dejaron morir.

No sólo se han abandonado teatros y cines en nuestra ciudad sino que otras infraestructuras, que podrían destinarse a eventos culturales, son desaprovechadas. Existen múltiples colegios con salones de actos en los diferentes barrios, en los cuales el ayuntamiento podría ofrecer pequeñas obras teatrales o conciertos pero, para ellos, salir del Teatro Guimerá es no apostar por la cultura.

Asimismo, el ayuntamiento no cuida sus esculturas, ni su legado histórico como el Toscal. Gracias a los sucesivos gobernantes Santa Cruz es “un muerto”. Es cierto que se potencian grandes conciertos de X nombres conocidos pero no se hace lo mismo con pequeños festivales alternativos como el Barranco Reggae Party Festival, ni se cuida de todos los artistas callejeros, dándoles un pequeño espacio en las calles principales de la ciudad.

Pero algo se mueve en Santa Cruz, la cultura y la verdad de las cosas pondrán a la ciudad donde se merece.

¡Sí se puede!

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