Sí se puede califica de decepcionantes los presupuestos de la Gerencia de Urbanismo para 2012
Sí se puede ha calificado de decepcionantes los primeros presupuestos elaborados por el nuevo responsable político de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. La organización considera insostenible prever para el año 2012 el mismo nivel de ingresos por licencias urbanísticas que en los presupuestos de 2008 y 2009, cuando el sector de la construcción era todavía una actividad pujante y no se encontraba tan debilitado como en la actualidad.
Los concejales de Sí se puede en Santa Cruz, Pedro Fernández Arcila y Asunción Frías, creen que predicciones irreales como las que se proponen en el anteproyecto de los presupuestos de la Gerencia de Urbanismo suponen arrastrar durante un año ingresos ficticios que no podrán compensar los gastos que vaya generando la actividad, lo que producirá serios desajustes al cierre de las cuentas.
De igual manera, Arcila y Frías llaman la atención sobre las previsiones en materia de sanciones urbanísticas y denuncian que el pronóstico de que se recaudará por esta materia una cantidad superior a las previstas en 2010 y 2011 –cuando finalmente las cuentas testimonian que no se recauda un solo euro– es un ejercicio de voluntarismo no acorde con el rigor con que se deben abordar estos asuntos.
Seis millones de deuda
Pero el elemento que más ha sorprendido a los concejales Arcila y Frías es la ausencia de voluntad en la recuperación de la deuda que a septiembre de 2010, según la tesorera delegada, ascendía nada menos que a seis millones de euros, es decir, mil millones de las antiguas pesetas. Para los concejales de Sí se puede en el Ayuntamiento capitalino, esta debería ser la principal tarea del responsable de Urbanismo, dado que la obtención de ingresos mediante la recaudación de las deudas permitirá reducir la aportación de aproximadamente tres millones de euros que el Ayuntamiento deriva a la Gerencia.
Por ello, Sí se puede cree que el grupo de gobierno debe tomar la decisión política de centrar los esfuerzos en la recuperación de esta deuda, entre otras cosas porque así se podrían redirigir las cantidades que se obtuvieran a la reactivación económica y a la creación de empleo mediante la ejecución de planes especiales en los barrios o en áreas de rehabilitación urbana.