No se negocia con nuestros derechos. Yaiza Afonso Higuera
Mientras los asesinatos a mujeres siguen sucediendo, las redes se llenan de comentarios en contra de las leyes que nos protegen.
Existen leyes para personas con discapacidad porque necesitan ayudas y protección. Hay tratados en contra de la pobreza, dirigidos a las personas con menos recursos. El colectivo LGTBIQ también cuenta con una normativa que ayuda a la normalización social del mismo. Las niñas y los niños son objeto también de entramados legales para defenderlos en el caso de que se encuentren en desamparo.
Para todo esto sirven las leyes, para conseguir derechos de las personas que se encuentran en desventaja social. Es un camino hacia la igualdad de oportunidades, porque no podemos tratar de la misma forma a personas que son diferentes. Esta es la base, responder a la diversidad es generar IGUALDAD.
Ahora hablemos de violencia de género. Si todos los días asesinan, violan, abusan o acosan a mujeres, es imprescindible la existencia de una ley que tenga vocación de protegerlas.
Cuando las personas con discapacidad puedan caminar libremente por las calles, podremos guardar en la gaveta la Ley de Autonomía Personal.
El día que no haya ni una persona solicitando ayudas de alimentos, cerraremos las puertas de los Servicios Sociales.
Cuando no existan agresiones y ataques discriminatorios contra el colectivo LGTBIQ, daremos carpetazo a su Ley de Igualdad.
Si el conjunto de las niñas y los niños son felices en sus casas, acabaremos con los centros de acogida que los amparan.
Quizás en el futuro, las mujeres podamos vivir sin miedo a que nos asesinen y nos violen, y no sea necesaria la Ley Integral contra la Violencia de Género.
Mientras, debemos estar protegidas, defender nuestros derechos y saber que no se negocia con ellos.