Sí se puede considera que la solución para los atascos en la TF5 pasa por carriles exclusivos para guaguas

Fernando Sabaté, portavoz insular de Sí se puede, considera que los responsables del Cabildo siguen apostando por el tren como alternativa al coche, a pesar de “lo absurdo de su planteamiento y el enorme derroche de dinero público que supone el proyecto, una idea firmemente defendida por Ricardo Melchior y por Carlos Alonso, los cuales han invertido fuertes sumas de dinero en costosos proyectos, sucesivas rectificaciones de los mismos, campañas de propaganda, o viajes al extranjero para comprobar las capacidades de varios modelos de trenes continentales”.

Recuerda que durante las sucesivas fases de exposición pública, desde Sí se puede expresaron su oposición al desarrollo de este proyecto, por considerarlo destructor del paisaje y de diversos tramos de suelo rústico productivo, por generar bolsas de suelo improductivas y la segregación de barrios, por su elevado coste y su ineficacia para resolver el problema de la comunicación entre los distintos pueblos del Norte de Tenerife y la capital tinerfeña.

Sabaté también indica que en su momento denunciaron que se destinaran esas grandes sumas de dinero a pagar a equipos de ingenieros para elaborar un proyecto con poca probabilidad de poderse llevar a cabo en el corto y medio plazo, mientras se detraían fondos de las cantidades destinadas a la finalización de los hospitales públicos del Norte y Sur de Tenerife.

En Sí se puede lamentan que no haya sido hasta hace unas semanas cuando el Cabildo de Tenerife, al calor de las movilizaciones ciudadanas, decidió “realizar un estudio para mejorar la movilidad en la TF5 y evitar los atascos, producidos por los numerosos enlaces que existen en esta vía”. El portavoz ecosocialista se sorprende que ahora, tras una década defendiendo los proyectos ferroviarios como única alternativa, el presidente del Cabildo de Tenerife “empiece a hablar de la posibilidad de que los atascos se podrían evitar construyendo varios kilómetros de carriles exclusivos de guaguas entre Santa Cruz y el Norte de Tenerife”. Sabaté considera lamentable que hayan tardado diez años en darse cuenta de que “un kilómetro de carril guagua es mucho menos costoso que un kilómetro de infraestructura ferroviaria, y que presta mejor servicio la primera que el segundo por rapidez y accesibilidad a todos los pueblos y barrios que atraviesa”.

Opinan que la isla ha perdido toda una década porque “se ha priorizado la intención de hacer negocio o de lograr recalificaciones masivas de suelo, a la subsanación de los defectos de la autovía para darle fluidez al tráfico”. Indican que actualmente la TF-5 triplica el número de enlaces por kilómetro que el propio Cabildo considera como idóneo para no ralentizar el tráfico, lo que junto a un escaso uso de la guagua en dicha autovía por su incapacidad de superar los atascos, sumado a unos flujos de tráfico en vehículos privados que concentran miles de coches en el mismo sentido a unas determinadas horas. Estas son las razones por las que desde hace años muchas personas “presentábamos escritos de enmiendas a los proyectos del gobierno insular, para intentar que éste adoptara una política más acertada en materia de transporte público”.

Aseguran que las soluciones propuestas ahora por el Cabildo de Tenerife no son lo suficiente buenas como para solucionar los atascos de tráfico en determinadas horas del día. En este sentido, cabe señalar que el proyecto de carril guagua expuesto por los representantes del Cabildo se quedan cortos, al proyectar su desarrollo únicamente hasta Guamasa, siendo necesario que este tipo de carril se prolongue al menos hasta la Victoria de Acentejo.

Por otro lado critican que el Cabildo siga empeñado en ampliar el número de carreteras que conecten otras previamente existentes, “lo cual no soluciona el problema de la congestión del tráfico, sino que lo agrava y aumenta el consumo innecesario de suelo”.

Por último manifiestan que el silencio total por la administración insular a la hora de diversificar la ubicación de determinados servicios públicos en la Isla, concentrados en el área metropolitana, es otro factor que sin duda, “no ayudará a resolver el problema de los atascos”. Fernando Sabaté cree que con tramos de autovía por los que circulan más de 100.000 vehículos al día, es indispensable que el Gobierno insular cambie inmediatamente de actitud y apueste por soluciones prácticas y “menos costosas que los ostentosos e ineficaces proyectos ferroviarios o de nuevas autovías, gestados en una época que afortunadamente ya parece superada”.

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