El Ateneo de Tegueste organiza para este viernes, 1 de marzo, ‘Cuentos y relatos para pasar un rato’

El Ateneo de Tegueste organiza para este viernes, 1 de marzo, la sesión Cuentos y relatos para pasar un rato, en la que Lochy González, Ana Tovar, Mercedes Guayonge, Matilde Mora y Jesús Bayón prometen una sesión delirante con sus textos literarios.

“A nosotras, cuando nos pica el alma, escribimos y contamos”, dice una de las cuatro mujeres entusiastas que participan en esta sesión. Lochy González se define como “maestra jubilosa”, pues así se siente después de 37 años dando clase en Educación Primaria. Ahora, con todo el tiempo del mundo para realizar sus sueños, se levanta sin el sonido del despertador y toma café sin prisas, hace algo de ejercicio, lee con pasión, pinta, actúa en un grupo de teatro amateur, inventa platos nuevos en la cocina, le encanta disfrutar de la familia, de sus maravillosas amigas y de todo lo que le ofrece la vida.

La vocación de Ana Tovar para el servicio la ha llevado a estudiar Turismo y a vivir en la China, a ser comerciante y vender casi de todo, a dirigir un centro infantil y ser educadora y a dar charlas de contenido espiritual. Ahora ejerce como madre y a buchitos se sumerge en su océano interior para sacar su pluma y crear historias y su voz para contarlas. Le encantan las lecturas metafísicas, los cuentos de tradición oral y los cuentos para despertar.

Mercedes Guayonge es docente en un centro de adultos, amante de las palabras escritas, habladas y representadas. Con muy poca vergüenza y muchas ganas de aprender, se encuentra camino de la jubilación. Matilde Mora pertenece al colectivo Apalabradas, con el que cuenta historias para personas adultas. También pertenece al grupo Matiana con el que cuenta cuentos para la infancia y la familia; individualmente hace lo mismo para público adolescente en centros educativos y centros de mayores. Pertenece a la Asociación de narradores de Canarias Tagoral.

Jesús Bayón es profesor jubilado de Física y Química. Es sin duda su forma única de contar la que retiene al público sentado y sin respiración. No se puede ser más inocente y vibrante a la vez. Entre cuentos y narraciones de contenido divino y humano, de su cosecha o de la de los grandes maestros sudamericanos, Bayón es capaz de hacer que cualquier historia con contenido político, cruda y sangrante, se transforme en un dulce y tierno momento. Es difícil encontrar contadores como él.