Sí se puede lamenta que el Ayuntamiento de Tacoronte se mantenga leal a la vieja política al servicio de intereses empresariales
Sí se puede lamenta que el Ayuntamiento de Tacoronte se mantenga leal a la vieja política al servicio de intereses empresariales, a raíz del resultado de la votación de la moción a favor de las energías renovables y en contra de la regasificadora presentada por la organización ecosocialista en el pleno de la corporación celebrado recientemente.
“PP y CC, con su voto en contra de la moción, y PSOE, con su abstención, han situado al municipio y al Ayuntamiento de Tacoronte fuera del ámbito en el que se promueve el bien común en materia de generación de energía”, ha asegurado Violeta Moreno, portavoz de Sí se puede en la corporación y concejala encargada de defender la moción.
El debate plenario dejó claro “que se sigue defendiendo los intereses privados organizados en torno a las energías fósiles y se mostraron en contra de la diversificación de nuestra economía, ya que el cambio a un nuevo modelo energético permite crear nuevas alternativas económicas”, ha destacado Moreno.
La moción presentada por Sí se puede proponía que el Ayuntamiento de Tacoronte expresara “su total rechazo” al proyecto del Ministerio de Industria del Gobierno español, “que condena al municipio de Arico y a la isla de Tenerife, a un modelo viejo y sucio, contaminante y peligroso”, como es el del gas natural. Además de pedir la ampliación del plazo para presentar alegaciones al proyecto, se proponía como alternativa el desarrollo de un programa integral de energías renovables para Tenerife, como ya lo han hecho en Canarias El Hierro y Gran Canaria.
A juicio de Sí se puede, el modelo energético para Canarias debe contar con sistemas combinados que utilicen energías limpias y seguras, e incorporen la energía geotérmica, como establecen los documentos del Plan de Energías Renovables del propio ministerio, o como se hace ya en islas volcánicas como Azores, Islandia y Hawai. La aplicación de estos planes “generaría nuevos espacios empresariales y laborales y se contribuiría a nuestra independencia energética a través de energías limpias e inagotables”, destaca la concejala ecosocialista.
Por el contrario, la instalación de la regasificadora expone a la población a graves peligros de explosión, incendio o a una BLEVE, además de limitar los derechos urbanos de los propietarios de los terrenos y viviendas e impedir la construcción de colegios u otros centros con fines sociales. Esta infraestructura afecta a la pesca y a la fauna y flora marina, por el vertido de cloro y sosa al mar, e impide las faenas de los barcos de pesca durante las operaciones de atraque y descarga de “buques gaseros”. Además, es muy costosa e innecesaria y aumenta el Calentamiento Global.