Sí se puede se reunirá con el Gobierno canario y con Defensa para tratar sobre el balneario y Almeida
Pedro Fernández Arcila y Asunción Frías, concejales de Sí se puede en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, se reunirán próximamente con representantes de la Consejería de Economía del Gobierno de Canarias y con el director del Centro de Almeida para tratar de buscar alternativas ante el bloqueo que sufren el balneario de Santa Cruz y el cuartel de Almeida para su incorporación como espacios públicos para uso de la ciudadanía.
Los ediles, que hoy presentaron formalmente las solicitudes para ambas reuniones, afirman que estas son consecuencia de la pasividad del grupo de gobierno, con su alcalde, José Manuel Bermúdez, a la cabeza, a la hora de afrontar una salida para estos dos recintos, que desde hace años forman parte de las promesas municipales en cuanto a la dotación de zonas de esparcimiento para la capital.
“Resulta lamentable, aunque ya nada sorprendente, que sea un grupo de la oposición el que tenga que tocar a la puerta de otras administraciones para defender los legítimos intereses de los ciudadanos, que el alcalde y su equipo no defienden”, afirmó hoy Arcila, en lo que calificó de “actitud que roza la holgazanería y que parece ser una seña de identidad heredada de los anteriores gobernantes locales”.
Los representantes de Sí se puede mantendrán un primer encuentro con el director del Centro de Almeida para que explique cuáles son las intenciones del Ministerio de Defensa en relación con el cuartel, ya que mientras el Plan General de Ordenación (PGO) de Santa Cruz prevé su uso como parque urbano –una vieja demanda de los vecinos de El Toscal–, el Gobierno del Estado anunció recientemente que no tiene intención, al menos de momento, de abandonar las instalaciones.
Por otra parte, los ediles tendrán una segunda reunión con representantes de la Consejería de Economía del Gobierno de Canarias, propietaria del balneario de Valleseco, para conocer las previsiones del Ejecutivo en relación con este recinto, uno de los emblemas históricos de la ciudad, punto de encuentro de los chicharreros con el mar y actualmente en estado de abandono, pese a las reiteradas demandas de los vecinos de la zona para recuperarlo como espacio para el ocio.